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El Banco de España eleva otras dos décimas el crecimiento al 2,7% en 2025 sin tener en cuenta la guerra comercial

El Banco de España eleva otras dos décimas el crecimiento al 2,7% en 2025 sin tener en cuenta la guerra comercial

La institución espera un avance del PIB de nuestro país entre el 0,6% y el 0,7% en el primer trimestre. Estas previsiones confirman que España seguirá liderando el crecimiento económico en la eurozona

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El Banco de España ha elevado otras dos décimas el crecimiento económico al 2,7% en 2025, desde el 3% de 2024, sin incorporar la “incertidumbre” por la guerra comercial y las tensiones geopolíticas que ha escalado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en las últimas semanas.

Los economistas de la institución esperan un avance del PIB (Producto interior bruto) de nuestro país entre el 0,6% y el 0,7% en el primer trimestre, desde el 0,8% de los trimestres previos, el cuarto y el tercero del año pasado. Eso sí, hay que tener en cuenta que las revisiones o sorpresas al alza del crecimiento es una tónica o una constante en España de los últimos años.

El ejercicio de proyecciones revisa al alza la inflación promedio en 2025, desde el 2,1% de diciembre al 2,5%, por los mayores precios de la energía, aunque la volatilidad del petróleo en los mercados internacionales es muy elevada y en las últimas semanas está abaratándose.

Estas previsiones confirman que España seguirá liderando el crecimiento económico en la eurozona —la última previsión del BCE es del 2,1% para el conjunto de socios del euro en 2025, con una especial debilidad de Alemania— gracias principalmente a la fortaleza del mercado laboral y al aumento de la renta de las familias, que siguen impulsando “el consumo privado”.

Mientras, la contribución del “consumo público [del gasto de las Administraciones, limitado por las reglas fiscales de la UE]” se moderará este año. Este “consumo público” explicó un 39 % y un 27 % del crecimiento del PIB en 2023 y 2024, respectivamente.

El sector exterior [turismo y exportaciones] pasará de aportar cuatro décimas a restar dos décimas al avance del PIB por el incremento de las importaciones, en buena parte relacionado con las compras de un petróleo más caro, de nuevo, sujetas a una importante incertidumbre. El ritmo de crecimiento de las exportaciones se mantiene. Este es uno de los grandes cambios estructurales de nuestra economía desde la pandemia, con un destacado comportamiento del turismo y de las exportaciones de otros servicios relacionados con la consultoría, las comunicaciones, el transporte o la tecnología.

Por su parte, la inversión productiva (de las empresas) acelerará apoyada en el despliegue de los fondos europeos del Plan de Recuperación, el 'Next Generation'. Por otro lado, “indicadores de inversión en vivienda mantienen un tono positivo; entre otros, el indicador de ejecución de obra y el de compraventas [de pisos y casas]”, añade el informe.

“En cuanto a los precios [de la vivienda], la robustez que mantiene la demanda y las limitaciones a las que se enfrenta la oferta han seguido impulsando su dinamismo, hasta un crecimiento interanual del 113 % a finales de 2024”, señala el informe. Este es uno de los principales “cuellos de botella” para el consumo de las familias y pare el crecimiento en general, sobre todo en las grandes capitales y en los principales destinos turísticos, donde también están disparados los alquileres.

Contribuciones de los distintos componentes de la economía al crecimiento del PIB. La formación brutal de capital es la inversión productiva de las empresas. Contribuciones de los distintos componentes de la economía al crecimiento del PIB. La formación brutal de capital es la inversión productiva de las empresas.

Las expectativas del Banco de España se quedan en un crecimiento del PIB del 1,9% en 2026 y del 1,7% en 2027. “De cualquier manera, estas proyecciones para la economía española —al igual que las previstas para la economía mundial y europea— están sometidas a una extraordinaria incertidumbre y presentan riesgos a la baja en términos de crecimiento económico”, matizan los expertos del regulador en el informe publicado este martes.

“Es importante destacar que dichas previsiones no incorporan explícitamente el posible impacto adverso sobre la actividad de los mayores niveles de incertidumbre y de tensiones geopolíticas que se vienen observando a escala global en los últimos meses”, prosigue el equipo de análisis del Banco de España.

“Tampoco incorporan el incremento de los aranceles, por parte de Estados Unidos, a las importaciones procedentes de México, Canadá y la UE, una cuestión sobre la que persiste una considerable incertidumbre [no se conoce cuánto, ni cuándo, ni cómo]. Asimismo, no se incluye en este ejercicio la posibilidad, contemplada actualmente en la UE, de flexibilizar las reglas fiscales a las que están sometidos los Estados miembros con el propósito de incrementar, de manera apreciable, el gasto público en defensa”, añade el informe.

Además de estos factores, el Banco de España considera que “será importante seguir monitorizando hasta qué punto la actividad económica española puede seguir manteniendo un ritmo de crecimiento sensiblemente superior al de dos de sus principales socios comerciales —Francia y Alemania—”.

La institución también admite que está vigilante de la evolución de la inversión privada, “que muestra una senda de recuperación particularmente débil”, pese al Plan de Recuperación y a la bajada de los tipos de interés del BCE, que está reactivando la demanda y la concesión de préstamos, tanto a empresas como a familias (sobre todo, hipotecas).

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