En Bruselas miraron con cautela la a priori buena noticia del revés judicial a Donald Trump por el fallo judicial que declaró ilegales los denominados “aranceles recíprocos”.

En la UE se mueven con pies de plomo para no enfadar al inquilino de la Casa Blanca, a quien la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, logró reconducir hace menos de una semana cuando decidió elevar el arancel generalizado contra el bloque comunitario con la excusa de que las negociaciones no avanzan. La respuesta de Bruselas fue mantener la mano tendida y Trump aceptó dar de margen hasta el 9 de julio para dar una oportunidad a las conversaciones que pretenden suavizar la guerra comercial.

Sin embargo, este sábado ha vuelto a dar un golpe al anunciar un incremento del 25% de las tasas en el sector siderúrgico tras la alianza entre Nippon Steel y US Steel. “Lamentamos profundamente el aumento anunciado de los aranceles estadounidenses a las importaciones de acero del 25% al 50%. Esta decisión añade más incertidumbre a la economía mundial y aumenta los costes para los consumidores y las empresas a ambos lados del Atlántico”, ha respondido un portavoz del gobierno comunitario.

“El aumento de los aranceles también socava los esfuerzos en curso para alcanzar una solución negociada”, agrega esa fuente. Esta misma semana se han producido dos llamadas entre los negociadores de ambas partes. La primera el 26 de mayo, al día siguiente de que hablaran Trump y Von der Leyen y otra, este viernes, horas antes del nuevo anuncio del presidente estadounidense. “Hemos invertido todo nuestro tiempo y esfuerzo, ya que ofrecer soluciones con visión de futuro sigue siendo una prioridad absoluta de la UE. Mantenemos contacto permanente”, dijo el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, tras su conversación con el secretario de Estado, Howard Lutnick.

“De buena fe, la UE hizo una pausa en sus contramedidas el 14 de abril para crear un espacio que permitiera proseguir las negociaciones”, recuerda el portavoz sobre la decisión del bloque comunitario de suspender la entrada en vigor de los aranceles acordados por los 27 para responder al 25% del gravamen a acero y el aluminio. La UE ni siquiera había respondido a la tasa a los vehículos ni a los aranceles recíprocos cuando Trump decretó una tregua parcial, que dejó sin aplicación una parte de los denominados aranceles recíprocos, que ahora están bajo el escrutinio de la justicia de ese país.

“La UE está dispuesta a imponer contramedidas, incluso en respuesta a la última subida arancelaria estadounidense”, agrega el portavoz comunitario. La UE está en proceso de consultas de las denominadas “medidas de re-equilibrio” que son aranceles por un valor aproximado de 95.000 millones de euros con las que Bruselas pretende parar una parte del golpe de EEUU en caso de que no haya un acuerdo. La cuantía total, no obstante, es menor a la que supondrían todos los aranceles anunciados por Trump, por lo que en Bruselas no descartan otro tipo de respuesta, como impuestos a las 'Big Tech' o aplicar el instrumento anti-coerción para imponer medidas como la restricción de exportaciones e importaciones, o la prohibición de obtener licitaciones públicas por parte de las empresas norteamericanas.

Y el cambio del tono se percibe en la amenaza de Bruselas a adelantar la entrada en vigor de las contramedidas si todo salta por los aires. “Si no se alcanza una solución mutuamente aceptable, tanto las medidas existentes como las adicionales de la UE entrarán automáticamente en vigor el 14 de julio, o antes si las circunstancias lo exigen”, avisa el portavoz comunitario.