Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona, el Eurogrupo, alcanzaron este jueves un acuerdo sobre el uso de los fondos y la gobernanza del futuro presupuesto para el área de la moneda única, un paso más hacia su establecimiento pese a que siguen quedando flecos por cerrar.
El presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, anunció el acuerdo con un mensaje en la red social Twitter pasada la media noche del miércoles tras más de seis horas de negociación, pese a que se esperaba que las tratativas, centradas en pactar su financiación, se prolongasen durante toda la madrugada.
Los detalles, sin embargo, solo se darán a conocer en una rueda de prensa a las 8.30 horas (6.30 GMT) de la mañana del jueves.
Según indicó el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, también en Twitter, se han pactado la utilización de los recursos y el modo de toma de decisiones, así como la variación de la tasa de cofinanciación "en función de la situación económica".
Este punto, reclamado por España, consistiría en modular el porcentaje de fondos que deberán aportar los países beneficiarios para poder optar a ayudas del presupuesto, de modo que la tasa pueda reducirse cuando atraviesen crisis económicas.
Esto le conferiría una cierta capacidad para estabilizar la economía en momentos bajos.
El ministro galo anticipó, sin embargo, que queda trabajo por hacer para establecer el presupuesto: "Es una base sólida para finalizar el presupuesto de la zona euro en 2020", ha dicho sobre el acuerdo alcanzado.
Los titulares económicos de la eurozona -a los que se suman los del resto de la Unión Europea para esta negociación- habían llegado ya en junio a un acuerdo que sentó las bases para la creación de este instrumento, pero quedaron en el aire dos cuestiones fundamentales: el volumen que tendrá y de dónde saldrán en concreto los fondos.
El montante debe decidirse en el marco de la negociación del presupuesto plurianual de la UE, pero acordar quién aportará exactamente el dinero y cómo se desembolsará este era la tarea pendiente para esta reunión.
Aunque este instrumento se nutriría del presupuesto plurianual para toda la UE, Francia y Alemania proponían que los países de la moneda única hiciesen aportaciones adicionales, para poder aumentar su tamaño en el futuro, algo que no convencía a Holanda y los nórdicos en particular.
A falta de conocer los detalles del acuerdo, es seguro que serán necesarias más negociaciones para saber qué capacidad tendrá exactamente este primer embrión de presupuesto para el área de la moneda única.