BCN World, el macrocomplejo de hoteles y casinos que la Generalitat de Cataluña proyectaba impulsar junto a Port Aventura, ahora reconvertido en Hard Rock Entertainment World, sigue sin despegar siete años después, tras cambiar de nombre en varias ocasiones y ver reducido considerablemente su tamaño.
El nuevo proyecto que ahora quiere desarrollar Hard Rock sigue acumulando retrasos y aún no ha podido arrancar, a la espera de que la Generalitat compre los terrenos donde tiene que ubicarse el complejo, propiedad de Criteria.
El conseller de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, anunció el pasado mes de junio que la Generalitat ejercería la opción de compra de los terrenos donde está previsto construir el complejo, y desde el Gobierno catalán se aseguró que el coste lo asumiría Hard Rock.
Aunque Criteria y la Generalitat están de acuerdo en realizar esta operación, aún quedan pendientes "flecos" que se están acabando de cerrar, según han confirmado a Efe fuentes de Criteria.
El comienzo de las obras estaba previsto, inicialmente, para 2018, pero de momento las máquinas siguen sin empezar a trabajar.
Desde el departamento de Territorio se limitan a decir que están "trabajando en el proyecto", pero no informan de su estado ni quieren hablar de plazos, ya que también está pendiente de aprobación el Plan de Mejora Urbana, que regula diversos aspectos urbanísticos.
El embrión de Hard Rock Entertainment World fue Barcelona World, que nacía como alternativa en Cataluña a Eurovegas, un proyecto que finalmente no se materializó, aunque fue anunciado a bombo y platillo por el entonces gobierno de Artur Mas en septiembre de 2012.
El proyecto, primero Barcelona World, luego BCN World y ahora Hard Rock Entertainment World, se ha ido reduciendo a medida que cambiaba de nombre y, desde el inicio, generó una fuerte oposición entre entidades sociales y partidos políticos de izquierda.
Aquel macrocomplejo de ocio y turismo inicial, con seis casinos y otros tantos hoteles de 2.000 habitaciones cada uno, ubicados junto a Port Aventura, preveía una inversión de 4.740 millones de euros.
El proyecto, cuyo principal socio inversor era el grupo Veremonte, con Enrique Bañuelos al frente, aspiraba a convertirse en la principal atracción turística y de ocio del sur de Europa, con la creación de unos 20.000 puestos de trabajo directos e indirectos y la previsión de recibir unos 10 millones de visitantes anuales.
Pasado el tiempo, las expectativas se rebajaron y muchos inversores se descolgaron del proyecto, aunque la Generalitat rebajó considerablemente la fiscalidad para los casinos.
Hard Rock fue al final la única empresa que presentó oferta para construir el Centro Recreativo Turístico (CTR), que finalmente, de materializarse, se llamará Hard Rock Entertainment World, con una inversión prevista para todo el proyecto de 2.000 millones de euros.
La empresa explicó, en su momento, que el proyecto se desarrollaría en distintas fases, en la primera de las cuales se construirá el Hard Rock Hotel & Casino Tarragona.
El proyecto incluye una colaboración con Port Aventura para el desarrollo de un hotel familiar y con Value Retail, la empresa propietaria de La Roca Village, para crear una gran zona comercial.
En mayo de 2018, la Generalitat dio a Hard Rock la autorización para la instalación y explotación del casino del complejo.
Según informó la empresa, Hard Rock Entertainment World dispondrá de un máximo de 7.595 metros cuadrados destinados al juego, dos hoteles, uno de ellos con forma de guitarra, con una superficie aproximada de 63.000 metros cuadrados, un espacio comercial de unos 15.000 metros cuadrados, otro de restauración de casi 5.900 metros cuadrados y otros 6.000 metros dedicados a ocio y entretenimiento.
Ana Ochoa