El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha defendido este jueves la necesidad de fortalecer la regulación y la supervisión de los bancos en todo el mundo sin olvidar las lecciones del pasado, porque la estabilidad financiera mundial requiere una respuesta global.
Después de ser nombrado en marzo pasado presidente del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, Hernández de Cos ha establecido este jueves en la reunión anual del Instituto de Finanzas Internacionales en Washington los principios rectores de su actuación al frente de esta institución.
Cos ha dicho que las reformas que se hicieron tras la crisis han ayudado a mejorar la estabilidad financiera al fortalecer la capacidad de recuperación del sistema bancario y mejorar las posibilidades de transmisión a la economía real pero es preciso seguir fortaleciendo la regulación y la supervisión.
"En este esfuerzo, no olvidaremos las lecciones del pasado" ha explicado el gobernador español, para quien los problemas de estabilidad financiera mundial requieren una respuesta global y analizar las vulnerabilidades emergentes.
"Un sistema financiero global abierto requiere estándares prudenciales globales", porque lo contrario daría lugar a fragmentación y arbitraje regulatorio y un campo de juego desigual para los bancos internacionalmente activos.
Las cicatrices de la crisis financiera de 2007-2009 "todavía son crudas" y el impacto social "no es menos desagradable" en términos de flujos migratorios y de tasas de fertilidad, pero una vez superada es preciso evitar la tentación de revertir reformas que pueden ser la clave para lograr otros objetivos económicos a corto plazo.
Hay margen, ha añadido, para una mejor implementación de las reformas acordadas tras la crisis, algunas de las cuales se han demorado. El Comité evaluará "aún más" las causas de esos retrasos y revisará si las herramientas actuales son suficientes para aplicar el marco de Basilea III en su totalidad.
Destaca la importancia para el Comité de evaluar continuamente las vulnerabilidades emergentes en el sistema bancario y mitigar esos riesgos, entre los que cita las tasas de interés bajas o negativas, niveles crecientes de deuda corporativa y pública, los ataques cibernéticos, el crecimiento de la tecnología financiera y los activos de cifrado.
Hernández de Cos defiende que los estándares globales y mínimos que establece el Comité sean complementados con medidas adicionales de estabilidad financiera a nivel nacional o regional, si el tamaño y la estructura del sistema bancario local y los riesgos asociados las justifican.
Además, es necesario estrechar la coordinación entre las autoridades de políticas micro y macroprudenciales, así como entre las responsables de materias como la protección al consumidor, el antilavado de dinero y la privacidad de datos y dar voz a la sociedad.
Las reformas de Basilea III solo tendrán éxito si los supervisores se aseguran activa y continuamente de que los bancos cumplan con la letra y el espíritu de las normas.
Hernández de Cos señala que algunos desarrollos en innovación financiera y cambios en la estructura del sistema pueden contribuir positivamente a la estabilidad financiera, aunque otros "pueden ser de naturaleza más dudosa", por lo que "la regulación y la supervisión deben seguir el ritmo".