La millonaria subasta petrolera organizada este miércoles por el Gobierno de Brasil solo recaudó el 65 % de lo esperado con la adjudicación de dos de los cuatro bloques ofrecidos, en una puja sin disputas y en la que la estatal brasileña Petrobras fue la gran protagonista.
El Gobierno tan solo recaudó 70.000 millones de reales (unos 17.500 millones de dólares) de los 106.500 millones de reales (unos 26.625 millones de dólares) que preveía con esta "megasubasta", la mayor puja del sector realizada en la historia de Brasil.
A pesar de no cumplir con las expectativas, el Gobierno consideró la subasta un "éxito", ya que el monto es el mayor recibido por el gigante suramericano desde que realizó el primer concurso de este tipo, en 1999.
La cantidad recaudada fue producto de la adjudicación de dos bloques, ambos a Petrobras, en uno como líder de un consorcio con las corporaciones chinas CNODC y CNOOC y en otro como empresa individual.
Las áreas adjudicadas fueron las de Búzios, la más apetecida de la puja, y la de Itapú, mientras que las otras dos áreas ofertadas (Atapú y Sepia) no registraron oferentes.
Pese a que 14 multinacionales del sector se inscribieron para el concurso, tan solo siete terminaron participando en la millonaria subasta.
Además de Petrobras, participaron la estadounidense Exxon Mobil, la noruega Equinor, las corporaciones chinas CNODC y CNOOC, la portuguesa Petrogral y la colombiana Ecopetrol, pero solo la brasileña hizo ofertas.
PETROBRAS, LA GRAN VENCEDORA EN UNA PUJA SIN DISPUTA
La gran vencedora de la jornada fue Petrobras al adjudicarse Búzios -con las compañías chinas como socias del consorcio- y el bloque de Itapú, como único oferente.
En el consorcio que se presentó por el área de Búzios, Petrobras tiene un 90 % de participación, mientras que las chinas CNODC y la CNOOC tiene cada una un 5 %.
El consorcio brasileño-chino fue el único que hizo oferta por el contrato de ese bloque, por el que se comprometió a pagar unos 17.134 millones de dólares, tan solo por la licencia, y a entregarle al Estado una participación en sus ganancias del 23,24 %, que era el mínimo exigido por la Agencia Nacional de Petróleo (ANP, regulador).
Búzios, ubicada en la cuenca de Santos, es la segunda área más productiva de los campos brasileños de presal, el codiciado horizonte de explotación que Brasil descubrió en aguas muy profundas del océano Atlántico por debajo de una capa de sal de dos kilómetros de espesor y cuyas reservas pueden ubicar a Brasil como el quinto mayor exportador mundial hidrocarburos.
Con 54 pozos ya perforados, es el único de los cuatro bloques subastados hoy que se encuentra actualmente productivo, y con un rendimiento de 424.000 barriles diarios de petróleo.
Para el área de Itapú, Petrobras fue el único oferente, bloque por el que se comprometió a pagar unos 441,5 millones de dólares, solo por la adjudicación de la licencia y a entregarle al Estado brasileño una participación en sus ganancias del 18,15 %, igualmente el mínimo exigido por el ente regulador.
A diferencia de Búzios, Itapú, aunque tiene ya tres pozos perforados, no es un área actualmente en producción.
Con base en los derechos de preferencia que le otorga la ley, Petrobras será el operador de ambos bloques, con lo que la estatal será la responsable de la conducción y ejecución de todas las actividades que se desarrollen en esas áreas del presal.
EL GOBIERNO CONSIDERA LA SUBASTA UN ÉXITO
A pesar de no haber conseguido la totalidad de los recursos esperados, el Gobierno consideró la subasta como un "éxito" y destacó que el valor recaudado tendrá un fuerte impacto en la tarea de ayudar a disminuir el crónico déficit fiscal que enfrenta el país.
"Fue un éxito porque fue la mayor subasta realizada", señaló el director de la ANP, Décio Oddone, en una rueda de prensa al término del concurso en la que participaron varios miembros del Gobierno.
En lo corrido del año, el gigante suramericano ha recaudado 79.000 millones de reales (unos 19.750 millones de dólares) por licencias en subastas petroleras, un monto bastante considerable si se tiene en cuenta que la colecta mundial por permisos de este tipo en 2019 ha sido de unos 50.000 millones de dólares.
"Es decir, solo en este año tuvimos bonos de firma por el 40 % de todo lo que se gasta en el mundo. Entonces, esto muestra que Brasil está en el camino correcto", aseguró el ministro de Minas y Energía, Bento Aburqueque en la rueda de prensa.
No obstante, pese que el Gobierno consideró la subasta como un hecho "histórico", el presidente de la Cámara de los Diputados, Rodrigo Maia, lamentó la falta de disputa este miércoles y afirmó que el sector privado "huyó" de la puja.
De acuerdo con el Gobierno, las inversiones para las cuatro áreas se mantendrán debido a que la estatal brasileña Petrobras seguirá el proceso de explotación de las mismas pese a que ninguna empresa se interesó por dos de las áreas.
Es importante recordar que las áreas subastadas corresponden a cuatro bloques del presal en que la petrolera Petrobras ya identificó gigantescas reservas pero que tuvo que devolver al Estado pues corresponden a un excedente que no estaba contemplado en el contrato inicial, una figura que se conoce como "cesión onerosa".
De acuerdo con el ministro, las dos áreas que no fueron ofertadas volverán a licitarse el próximo año.
"No tengo duda que en 2020 esas áreas serán ofrecidas y serán adjudicadas", aseguró.
Según la ANP, las cuatro áreas que fueron ofrecidas en la subasta pueden llegar a producir conjuntamente 1,2 millones de barriles diarios de petróleo y generar, tan solo en regalías, 52.500 millones de reales (unos 13.125 millones de dólares) anuales a partir de 2024.
Este jueves tendrá lugar otra subasta petrolera donde serán ofrecidos derechos sobre cinco áreas del llamado presal a las petroleras dispuestas a compartir su producción con el Estado y donde Brasil espera recaudar un mínimo de 7.800 millones de dólares por las licencias.
María Angélica Troncoso