El Banco Central Europeo (BCE) espera que "en los próximos meses, el consumo privado debería continuar creciendo de forma sostenida" pese a la caída en el tercer trimestre.
En su informe económico más reciente, el BCE dice que los datos recientes sobre el volumen de ventas del comercio minorista y las matriculaciones de automóviles apuntan a que, en el tercer trimestre de 2019, el gasto en consumo habría descendido ligeramente con respecto al segundo trimestre.
"Sin embargo, otros indicadores corroboran la idea de que se mantuvo el crecimiento sostenido del consumo", añade la entidad.
La confianza de los consumidores, que comenzó a disminuir a finales de 2017, se ha estabilizado a lo largo de 2019 y en octubre se situó en un nivel próximo al de principios de año.
Los resultados de las últimas encuestas también señalan unas condiciones favorables en el mercado de trabajo, lo que debería seguir impulsando la renta de los hogares y el gasto en consumo.
Sin embargo, el BCE espera "que la inversión empresarial se mantenga contenida, en un contexto de elevada incertidumbre y márgenes de beneficio reducidos, pero que se vea respaldada por unas condiciones de financiación favorables".
La inversión, excluida la construcción, experimentó un crecimiento intertrimestral del 11 % en el segundo trimestre de 2019.
"Este avance se debió principalmente al acusado incremento registrado en Irlanda, reflejo del grado de apertura y de la volatilidad de los flujos de capitales de la economía irlandesa", según el BCE.
Los últimos datos sugieren un crecimiento sostenido, aunque moderado, de la inversión empresarial en la zona del euro a corto plazo.
En julio y agosto, la producción industrial de bienes de equipo se situó, en promedio, un 0,5 % por encima del nivel medio del trimestre anterior.
Sin embargo, la confianza industrial en este sector disminuyó en septiembre, tras la intensificación de los conflictos comerciales y de los riesgos geopolíticos.
La debilidad de los márgenes empresariales, que bajan desde mediados de 2017, también sugiere que el avance de la inversión empresarial se frena.
Además, el nivel de utilización de la capacidad productiva en el sector manufacturero desciende desde el primer trimestre de 2018.
El BCE considera que las condiciones de financiación favorables, que se reflejan en el acceso al crédito de las empresas, seguirá respaldando la inversión empresarial.