Abrirle la puerta a personas con pocas oportunidades en el mercado laboral le permitió a la empresa colombiana Productos Alimenticios JB consolidar un equipo de trabajo que la ha llevado al éxito y al reconocimos por generar "empleo de calidad".
Jóvenes vulnerables, mujeres maltratas y madres cabeza de familia hacen parte de la compañía que mensualmente produce unas diez toneladas de maní, el alimento estrella de la marca y el símbolo de un resurgir para sus empleados.
"Se trata de darle una oportunidad a personas que quieren trabajar y salir adelante, pero que tienen pocas opciones", expresó a Efe Piedad Rojo, la administradora de JB Maní, como es conocida la empresa de Medellín.
Entre sus mejores trabajadores está un joven que libra una batalla con su adicción a las drogas y que con su desempeño ha retribuido a la confianza de sus empleadores.
"Gracias a ustedes soy lo que soy hoy, nadie me iba a dar empleo", les expresa a Rojo y a su esposo, Juan Bernardo Rivas, quien hace 16 años empezó a confitar maní en el patio de su casa y hoy lidera un empresa exitosa.
Ese trabajador, que hace parte del equipo de 22 personas que fabrican a diario cientos de alimentos, está próximo a iniciar un proceso de desintoxicación con el apoyo de JB Maní.
"Me contó que un vecino lo felicitó por estar bien; le dijo que pensaba que ya estaba con un costal en la calle", relató Rojo, a quien también la llena de orgullo el proceso que ha experimentado una mujer ingresó a la empresa sin saber leer ni escribir.
Llegó del campo, huyendo de su esposo maltratador y con una niña de ocho años. "Era una señora temerosa", recordó la administradora, y agregó que con la oportunidad recibida se "dignificó" como mujer y ganó experiencia en laboral.
"Es gratificante ver a esas mujeres salir de situaciones difíciles", acotó.
Como la edad tampoco representa un impedimento para esta empresa, entre sus empleadas está también una señora que supera los 60 años, que solo había trabajado cuidando a sus sobrinos a cambio de vivienda y que actualmente está a cargo del maní salado.
"Nos dice que nunca se irá, que este es el mejor trabajo que ha tenido en su vida", señaló Rojo.
FORMALIZACIÓN Y EVOLUCIÓN
Para Rivas, el creador de JB Maní, es "gratificante" lo que han logrado de la mano de sus "colaboradores", que lo ven como un hombre generoso y pendiente de su progreso.
Relató que su primer empleado fue un primo al que le pagaba 2.000 pesos por la "tanda" de maní confitado que produjera.
Tras conocer a su esposa, quien ha recibido capacitación gerencial en la Corporación Interactuar, organizó cada área, las ventas mejoraron y los ingresos trajeron cambios.
"Me dio para empezar a pagarles un mejor salario y organizar todo con prestaciones sociales", sostuvo el emprendedor.
Entre productos como rosquillas, galletas, pandebonos y obleas ha logrado afianzar la compañía, que con su formalización provocaron que sus empleados se "comprometieran más" al sentir que pasaron de ser un negocio a una "empresa seria".
Por los objetivos alcanzados, JB Maní se llevó un galardón en la categoría "Generación de Empleo" en los Premios Famiempresario Interactuar de Año 2019, un estímulo que les reconoció también su labor social.
"Darles la oportunidad y formalizarlos ha hecho que hagan bien su trabajo; de alguna manera los impactamos positivamente", manifestó Rojo sobre sus colaboradores, a los capacita constantemente.
EL PODER DE LA MICROEMPRESA
Con los snacks también mueven la economía de otras familias que los venden estos productos en peajes y pequeñas casetas, entre otros puntos.
"Son muchas las familias que viven del maní", enunció el empresaria, quien valora los empleos indirectos que generan a venderle a cerca de 200 personas para llevar sus productos por gran parte del país, especialmente en el departamento de Antioquia.
La directora de Servicios de Conocimiento y Redes de Interactuar, Andrea Zuluaga, señaló que JB Maní "cambió su mentalidad", no solo con su aporte social, sino por aplicar conceptos gerenciales y administrativos, para "dar un salto" y reducir la informalidad.
"Sin los empleos que generan las microempresas tendríamos niveles de pobrezas más alto y delincuencia", aseveró.
El vicepresidente de planeación y desarrollo de la Cámara de Comercio de Medellín, Jaime Echeverri, aseguró a Efe que la microempresas en Colombia representa el 92,1 % de la base empresarial de Colombia y el 90 % del tejido empresarial de Antioquia, así como 99,4 % de las nuevas empresas constituidas y 30,2 % del empleo formal.
"En la parte de empleo son muy representativas las microempresas para la economía; son entre 50 y 60 % del empleo de esta región", apostilló el experto.
Apuntó que la "manufactura en conjunto", donde está incluida la microempresa, representa el 80 % del empleo de calidad de esta región.
No obstante, admitió que existe una brecha "muy grande" por cerrar, pues la informalidad "fácilmente es el 50 % de la base empresarial nuestra", es decir que unas 130.000 microempresas en Antioquia aún son informales.
Jeimmy Paola Sierra