El Parlamento alemán aprobó este miércoles transponer a la legislación nacional una directiva comunitaria que afecta negativamente a la compañía Nord Stream 2, incluyendo sin embargo una cláusula según la cual podrá haber excepciones.
La directiva europea en cuestión fue enmendada en abril de 2019 para hacer extensivas a gasoductos que comunican Estados miembros con terceros países las normas que regulan el mercado interior del gas de la UE.
Nord Stream 2, operadora del controvertido gasoducto que transportará gas ruso a Alemania, choca con el requisito de que la producción y la operación del gasoducto no pueden estar en las mismas manos.
La directiva, que, como tal, debe ser transpuesta a la legislación nacional, establece excepciones para aquellos gasoductos que se terminasen de construir antes del 23 de septiembre, plazo del que Nord Stream sin embargo queda fuera.
El último tramo del gasoducto, de 336 kilómetros de largo, se comenzará a construir a principios del año que viene.
El parlamento alemán había tratado, hasta ahora de forma infructuosa, de encontrar una fórmula que sortease la normativa sin otorgar un trato de favor a la empresa, cuyo único accionista es la rusa Gazprom.
Finalmente, el pleno del Bundestag ha aprobado dejar la puerta abierta a las excepciones, al establecer que, a la hora de evaluar si el gasoducto cumple los requisitos, "se atenderá a todas las circunstancias de casos particulares".
Ello ha sido posible con los votos a favor de los democristianos, los socialdemócratas y los conservadores bávaros, que integran la coalición de gobierno, así como del partido liberal.
Los Verdes, por el contrario, criticaron duramente la ley, afirmando que de esta forma se debilita la Directiva del Gas de la UE.
El pasado 30 de octubre, Dinamarca aprobó el paso del gasoducto por sus aguas territoriales, sumándose así a Alemania, Finlandia, Rusia y Suecia.
EE.UU. y algunos países del este de Europa, así como la Comisión Europea, se han mostrado muy críticos con Nord Stream 2, que según argumentan aumentará la dependencia energética de Europa con respecto a Rusia.