Uber ofrece desde este viernes la posibilidad de contratar también taxis en Madrid, una opción casi pionera en Europa que replica a la de su competidor español Cabify y para la que inicialmente contará con 50 vehículos.
La contratación de esos taxis se hará a través de UberX, el servicio más popular de la plataforma estadounidense, y en las mismas condiciones que el resto de vehículos, incluido el precio cerrado, la posibilidad de compartir gastos y de dar propina a través de la plataforma.
Así, a partir de hoy -y gracias al acuerdo alcanzado con la asociación Ciudad del Taxi tras meses de negociaciones- cualquier usuario que solicite un UberX podrá encontrarse con un taxi, puesto que su petición la atenderá el vehículo más cercano, con independencia del tipo de licencia que tenga.
Los taxis que se unan deberán cumplir con los estándares que exige Uber, estarán cubiertos por los mismos seguros y permitirán los mismos ser servicios. Cabify ya ofrece algo similar en Madrid, Valencia y Santander, y tiene previsto hacerlo en breve en Barcelona.
Este paso se da después de que la Comunidad de Madrid haya aprobado un reglamento que permite a los taxis ofrecer precios cerrados y descuentos, algo que facilita la precontratación en la que se basan estas plataformas.
Juan Galiardo, director de Uber en España, ha defendido en un comunicado que esta iniciativa será "beneficiosa para todos: para los clientes, que verán reducidos sus tiempos de espera; para los taxistas, que verán crecer sus ingresos, y para Madrid, que será pionera en España en integrar taxis y plataformas en un modelo de convivencia".
Para Jesús Orduña, director general de Ciudad del Taxi, este acuerdo demuestra que "la colaboración entre Uber y el Taxi no solo es posible, sino que es una gran oportunidad para que el sector del taxi aproveche los beneficios de la mejor tecnología del mercado y para que Uber cuente con los mejores profesionales en su plataforma".
Sin embargo, para la patronal Fedetaxi el acuerdo refleja la "derrota" de Uber "en su batalla por liberalizar" el sector en España, y advierte de que para operar un servicio público como el taxi la plataforma debe someterse a los mismos controles que emisoras y otros intermediarios de transportes, además de cumplir con las correspondientes obligaciones sociales y fiscales.
"El intento de incorporación de los servicios de taxi en Uber prueba que el modelo de las VTC no ha sido rentable, pese a estar en buena medida sostenido en la competencia desleal y el incumplimiento sistemático de las normas reguladoras del transporte terrestre", ha afirmado en un comunicado.
A su juicio, "esto no deja de ser una victoria de los taxistas españoles sobre las multinacionales disruptivas que vinieron a liberalizar totalmente el servicio".