La actividad económica en Argentina registró en septiembre pasado una caída del 2,1 % frente a igual mes de 2018, afectada por la fuerte inestabilidad financiera desatada en agosto.
El dato fue divulgado este martes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) al presentar el Estimador Mensual de la Actividad Económica, un indicador que sirve como anticipo provisional para medir la variación del producto interno bruto (PIB), de carácter trimestral.
Según las cifras oficiales, el índice que mide la actividad económica registró en el noveno mes del año un descenso del 1,6 % respecto a agosto último y acumuló un retroceso del 2,3 % en los primeros nueve meses del año.
De acuerdo al informe oficial, las actividades que más cayeron en septiembre en términos interanuales fueron la pesca (-44,2 %), la intermediación financiera (-14,6 %), la construcción (-6,5 %), el comercio (-5,2 %) y la industria manufacturera (-5 %).
Por el contrario, los únicos sectores de relevancia económica en Argentina que han mostrado mejoras respecto a igual mes de 2018 fueron la agricultura y la ganadería (11,8 %) y la explotación de minas y canteras (2,2 %).
La actividad económica en septiembre se vio impactada por los efectos negativos en todos los sectores de las severas turbulencias financieras desatadas a mediados de agosto, tras las elecciones primarias, en las que se impuso el peronista Alberto Fernández, finalmente vencedor en los comicios presidenciales del 27 de octubre.
Los sobresaltos financieros, en particular la fuerte subida del valor del dólar estadounidense, tuvieron impacto directo en la inflación, que dio un salto del 5,9 % en septiembre, y profundizaron la recesión que vive Argentina desde 2018.
De acuerdo con los últimos datos oficiales disponibles, el PIB de Argentina acumuló en el primer semestre del año una caída del 2,5 % y sumó hasta entonces cinco trimestres consecutivos en retroceso.
Para 2019 el Gobierno de Mauricio Macri, que concluirá su mandato el próximo 10 de diciembre, proyectaba inicialmente una contracción económica del 0,5 %, aunque en septiembre pasado corrigió esa previsión hasta una caída del 2,6 %.
Sin embargo, hay pronósticos más adversos, como el del Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé una caída del 3,1 % para este año, y la de los economistas privados que mes a mes consulta el Banco Central argentino y cuyos últimos cálculos marcan una contracción del 3 % en 2019.
Las proyecciones para el próximo año no son mejores: el FMI vaticina una contracción del 1,3 %, mientras que las consultoras privadas locales proyectan una caída del 1,7 %.