Las empresas españolas del sector espacial son optimistas y dicen tener "muchas expectativas" ante el Consejo Ministerial de la Agencia Espacial Europea, que ha arrancado este miércoles, y aseguran que esta vez España acude bien posicionada.

Durante dos días, la Agencia Espacial Europea (ESA) celebra en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla (Fibes) su cita más importante, en la que podría aprobar un presupuesto de 14.300 millones de euros para los próximos cinco años, y de la que saldrá su apuesta para futuras misiones espaciales.

A este Consejo Ministerial -el anterior de celebró en Lucerna, Suiza, en diciembre de 2016- acude el director de la ESA, Jan Wörner, y los ministros del ramo, entre ellos el titular español de Ciencia, Universidades e Innovación en funciones, Pedro Duque.

"Tenemos muchas expectativas puestas en esta reunión de la ESA", señala a Efe Jorge Potti, vicepresidente de Espacio de Tedae, la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio, quien agrega que esta ministerial ha contado con un trabajo preparatorio "admirable" de la delegación española.

Para Potti, también director general de Espacio de GMV, esta conferencia tiene mucho contenido de programas: se espera que se aprueben y sean dotados de fondos las misiones de observación de la Tierra -de manera destacada el programa Copérnico- o los proyectos de telecomunicaciones y navegación por satélite, donde la industria española "también tiene importantes intereses".

Los programas de lanzadores tendrán asimismo un protagonismo clave, "derivado del amplio consenso existente en que Europa necesita acceso independiente al espacio", al igual que aquellas misiones de defensa planetaria, como Hera, que probará junto a la NASA técnicas de desvío de asteroides en órbita.

En el campo de exploración espacial "hay una considerable cantidad de programas muy atractivos", como la misión Mars Sample Return (para traer muestras del planeta rojo) o la estación orbital en la Luna.

"Se esperan muchas cosas, pero lo más llamativo es que se hablará de la Luna y posiblemente se abra la puerta a la participación de Europa en varios programas para volver a pisar nuestro satélite natural", resume a Efe por su parte Fernando Varela, responsable de Espacio de Airbus en España.

A su juicio, sí o sí, la ESA debería, entre otros, seguir apostando por el programa Copérnico y tendría que dar "apoyo total" a los nuevos lanzadores europeos Ariane 6 y Vega C para garantizar a Europa el acceso autónomo al espacio.

Esta vez, apunta, España llega a la ministerial "muy bien posicionada".

El director de Desarrollo de negocio y estrategia de Sener Aeroespacial, Diego Rodríguez, coincide en que "aparentemente sí" España llega a Sevilla en una buena posición, "pero es importante ver cómo se desarrolla -la reunión-, porque habrá mucha negociación de pasillo".

El pasado 8 de noviembre el Consejo de Ministros aprobó un aumento de 586 millones de euros, lo que implica que España aportará a la ESA entre 2020 y 2026 unos 1.543 millones de euros (la suscripción anual es de 250 millones frente a los 202 millones previamente previstos).

Los países contribuyen a la ESA de dos maneras: al programa obligatorio y a los opcionales, donde está el mayor impacto para la industria. En el primero, España, como el resto, aporta una cuota en relación a su PIB -alrededor del 7,1% del presupuesto obligatorio-, que sirve para sufragar gastos internos de la ESA y el programa científico y tecnológico.

En los programas opcionales (observación de la Tierra, telecomunicaciones o lanzadores) la ESA aplica un principio de retorno según el cual las empresas contribuyen en la medida que existe participación del país: "confiamos en que España realice una contribución en estos programas a nivel de nuestro PIB", apunta Potti (en 2018 y 2019 alcanzó el 5%).

De la misma opinión es Rodríguez: "en la cuota opcional esperamos acercarnos al 7%".

Para este experto, es importante que la ESA apoye Copérnico, los lanzadores europeos y Lunar Gateway, una estación espacial permanente que orbitará la Luna y que servirá en un futuro de punto de partida para viajes interplanetarios o viajes a la Luna.