El nuevo Gobierno de Argentina pondrá un impuesto a las compras en el exterior con tarjetas de crédito y a las operaciones con medios electrónicos que impliquen pagos en divisa extranjera, como los abonos a plataformas como Netflix, confirmaron este domingo fuentes oficiales.
"El impuesto que se va a cobrar a las compras en el extranjero es del 30 %", precisó el jefe de Gabinete argentino, Santiago Cafiero, en declaraciones radiales.
El jefe de los ministros alegó que esta medida, que formará parte de un paquete de leyes que será enviado en breve al Congreso, tiene una "lógica solidaria y contributiva".
Cafiero explicó que los gastos en el extranjero pagados con tarjetas de crédito de los argentinos que "tienen la posibilidad de viajar" se pagan "con dólares del Banco Central", en alusión a las reservas monetarias argentinas, que han caído en los últimos meses, hasta los 44.245 millones de dólares.
"Esos son dólares que tenemos que cuidar mucho", aseveró Cafiero en declaraciones a Radio 10, de Buenos Aires.
En Argentina ya había regido un impuesto similar durante el segundo mandato del Gobierno de Cristina Fernández (2011-2015), cuando en 2011 se impuso una tasa del 15 % a las compras en el exterior, que fue elevada al 20 % en 2013.
"No ponemos ninguna restricción para que los que puedan viajar lo hagan y disfruten, pero sí es cierto que nosotros necesitamos recaudar de alguna manera esa diferencia entre el gasto con tarjeta de crédito que se paga en pesos aquí y los dólares que salen del Banco Central", señaló Cafiero.
El jefe de Gabinete dijo que, por otra parte, el impuesto beneficiará al sector turístico local, algo que, subrayó, el nuevo Gobierno "quiere hacer porque es una actividad muy dinámica y que genera empleo".
El impuesto no sólo alcanzará a las compras con tarjetas fuera de Argentina, sino también a las compras de pasajes de avión con tarifas en dólares y a servicios que se pagan en moneda extranjera mediante medios electrónicos, como la plataforma de contenidos audiovisuales Netflix.
Argentina afronta desde abril de 2018 una recesión económica, con altas tasas de inflación, índices de pobreza y desempleo en aumento, problemas fiscales y una fuerte depreciación de su moneda.