Josep Roca, sumiller del triestrellado El Celler de Can Roca (Girona), ha reconocido el reto que significa para los restaurantes las comandas limitadas por alergias e intolerancias alimentarias, pero ha pedido a los cocineros que olviden su ego e intenten satisfacer a toda su clientela.
"Si cocinar es amar y servir es cuidar, hemos de hacerlo más que nunca porque ¿cocinamos para nuestro ego o nuestros clientes? Todos quieren disfrutar de la experiencia de nuestros restaurantes aunque tengan alguna limitación", ha indicado en su ponencia este martes en Madrid Fusión.
Ya sea por motivos fisiológicos o mentales, la restricción de alimentos "nos preocupa y nos ocupa prácticamente dos horas y media al día" en El Celler de Can Roca, ha reconocido el también maître, para quien la gravedad del problema "no permite tomar en broma ninguna de las advertencias alimentarias de los comensales", que requieren "comprensión y delicadeza en el trato".
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