Suecia confirma el hallazgo de

Las autoridades suecas han confirmado este viernes tras su investigación la existencia de "trazas de explosivos" en los gasoductos rusos Nord Stream 1 y 2, que fueron objeto de un "flagrante sabotaje" a finales de septiembre pasado.

"En las investigaciones que se hicieron en el lugar en el mar Báltico se incautaron muchos objetos y el área está documentada de forma minuciosa. Los análisis realizados muestran trazas de explosivos en varios de los objetos encontrados", ha informado la Fiscalía sueca en un comunicado. "El trabajo de análisis avanzado continúa para poder alcanzar conclusiones más determinantes sobre el incidente", ha añadido.

La autoría aún no está clara, aunque varios expertos apuntan a Rusia. Sin embargo, EEUU, la UE y la OTAN han evitado acusar directa y oficialmente a Moscú, mientras que Putin acusó a los países anglosajones de la acción. "Las explosiones se hicieron hábilmente fuera de las aguas territoriales danesas y suecas y en objetos de propiedad rusa, por lo que Rusia ha ampliado la guerra sin golpear realmente a otros países, asustando a Occidente", decía a elDiario.es Anders Aslund, economista sueco que ha ejercido como asesor económico del Gobierno ruso (1991-1994) y ucraniano (1994-1997). "Parece que Putin quiere asustar a Occidente con movilizaciones, referendos, explosiones, boicot al gas y amenazas nucleares para que intenten obligar a los ucranianos a negociar con el diablo, pero eso no tendrá éxito. Putin va a fracasar y está en una posición de debilidad al borde de la desesperación, pero sigue actuando de manera racional".

Nord Stream es un conjunto de dos gasoductos que conectan directamente las ciudades rusas de Vyborg y Ust-Luga con Alemania. Con una longitud de 1.224 kilómetros, juntos tienen una capacidad de transportar 110.000 millones de metros cúbicos de gas al año (toda la UE consume alrededor de 397.000 millones de metros cúbicos de gas). El Gobierno alemán ya dijo que las fugas iban a dejar probablemente la infraestructura inutilizada para siempre.

Desde un principio se apunto al sabotaje como principal causa de las fugas. Cada tubería de acero tiene unos cuatro centímetros de grosor y está recubierta por 11 centímetros de hormigón que hacen que cada metro pese unas dos toneladas.

Los daños en los gasoductos no tuvieron impacto en el suministro energético inmediato a Europa. El Nord Stream 2, terminado en septiembre de 2021, nunca ha llegado a entrar en funcionamiento porque el Gobierno alemán suspendió su certificación cuando Putin reconoció la independencia de los territorios del Donbás controlados por fuerzas prorrusas y justo dos días antes del inicio de la invasión. 

El Nord Stream 1, por su parte, dejó de funcionar el pasado 2 de septiembre, cuando Rusia cortó el suministro por supuestas razones técnicas. En junio ya había reducido el flujo al 40% y en julio al 20% apuntando a las sanciones de Occidente como la causa de los errores técnicos en la infraestructura.