(Londres TV) La muerte del capitán de Corbeta, Rafael Acosta Arévalo, acaecida el pasado sábado 29 de junio, se debió a un edema cerebral severo debido a insuficiencia respiratoria aguda por rabdomiólisis por politraumatismo generalizado, según se desprende del resultado de la autopsia practicada al cadáver del capitán.
Roscio San Miguel, abogada y experta en temas militares, aseguró que la muerte del militar es por causas similares a una persona que muere por aplastamiento producto de un suceso catastrófico, como un derrumbe por ejemplo.
Dado que obviamente Acosta Arévalo no fue aplastado por una pared, todo indica que su muerte se debió a una descomunal paliza recibida en los calabozos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) en Caracas. Según data Zair Mundaray y reseña el portal ABC de Madrid, las evidencias filtradas indican que el capitán presentaba 16 costillas fracturadas, así como el tabique nasal y un pie. También presentaba excoriaciones en hombros, rodillas, así como hematomas en varias partes del cuerpo y lesiones similares a latigazos en la espalda, amén de quemaduras en ambos pies.
Los tratos crueles e inhumanos fueron ejecutados mientras el militar se encontraba bajo custodia de la DGCIM.
Fuentes señalan que Alexander Gramko Arteaga, Director de Asuntos Especiales del DGCIM, habría sido el ejecutor de las operaciones de tortura y procedimientos especiales, pues es su función como cabecilla de esa dependencia del DGCIM en la capital venezolana. En Gramko Arteaga habría recaído la orden directa del presidente Maduro de ejecutar la orden dada, toda vez que, según la fuente, la Dirección al mando de Gramko “no hace nada sin que Nicolás maduro lo autorice, pues fue creada única y exclusivamente para hacer trabajos especiales para el Presidente”.
Además de Gramko Arteaga, también habrían intervenido el jefe de Contrainteligencia de la Guardia de Honor, Asdrúbal Brito Hernández; el director general del DGCIM y Jefe de la Guardia de Honor Presidencial, Iván Fernández Dalá; el coronel Hannover Guerrero, director del DGCIM Boleíta (centro de torturas) ; Luseph Barrios Olivares, Jefe de la Unidad Especial del centro de tortura de La Mariposa; y Rafael Franco Quintero, jefe de Inteligencia Militar, acusado por entre otros, la defensora de Derechos Humanos, Tanara Sujú, como torturador y de ser el artífice de violencia sexual a los detenidos. Rafael Blanco Angola, Nestro Blanco Hurtado y Abel Angola, también forman parte de la negra lista de criminales cómplices de Nicolás Maduro.
(Jueves 4 de julio de 2019)