Biden pide a Netanyahu un

Tres días después de que tres misiles israelíes mataran a siete cooperantes del World Central Kitchen, el presidente de EEUU, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, han hablado por teléfono. Se trata de la primera llamada después de días de tensión al alza entre ambos socios, en la que Biden ha avisado a su homólogo de que debe tomar medidas sobre la situación de los civiles y los trabajadores humanitarios o habrá consecuencias.

“Ha dejado claro que la política norteamericana con respecto a Gaza estará determinada por nuestra evaluación de la acción inmediata en estos pasos”, ha dicho la Casa Blanca en rueda de prensa y en un comunicado: “El presidente Biden ha enfatizado que los ataques a los trabajadores humanitarios y toda la situación humanitaria en general es inaceptable”.

Así, Biden ha pedido a Netanyahu la necesidad de anunciar “un alto al fuego inmediato”, sin hablar, por primera vez, de la necesidad de la liberación de los rehenes en manos de Hamás. El presidente de EEUU, así, exigió al primer ministro israelí que "llegue a un acuerdo sin dilación" con Hamás para un alto el fuego, al tiempo que reclamaba la puesta en libertad de los más de cien rehenes israelíes que se calcula que permanecen en manos de los milicianos islamistas en Gaza.

Las negociaciones indirectas entre Israel y Hamás llevan semanas estancadas porque ambas partes se mantienen inamovibles en algunas de sus posturas, aunque las conversaciones han continuado en El Cairo y Doha a través de los mediadores egipcios, qataríes y estadounidenses.

La declaración de la Casa Blanca refleja un cambio evidente en el tono de Biden y, por primera vez, lanza una serie de condiciones para la continuación del apoyo estadounidense.

Al sugerir que es posible un cambio en la política estadounidense si Israel no aborda la situación humanitaria en Gaza, Biden canaliza su propia posición junto con la creciente presión de su base política de izquierdas para detener las matanzas y aliviar el hambre de civiles inocentes.

A pesar de que las declaraciones de Biden suponen un aumento de la presión sobre Tel Aviv, EEUU siguen mandando armamento a su socio, con el que Israel acomete su matanza en Gaza.

El pasado fin de semana ya se conoció la aprobación en secreto de 2.000 bombas y 25 cazas para Israel, mientras que este jueves se ha sabido que el mismo lunes en el que murieron los siete cooperantes Washington había mandado más bombas a Israel. 

Desde Bruselas, en la reunión de ministros de Exteriores de la OTAN, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ha dicho: "El horrible ataque de esta semana a World Central Kitchen no ha sido el primer incidente de este tipo. Debe ser el último". Blinken, además, ha calificado de "héroes" a los siete asesinados.