El exeditor el The National Enquirer David Pecker, ha asegurado que se reunió en 2015 con Trump y Cohen para tramar como taparían los escándalos sexuales del magnate de cara a la campaña del 2016. También ha confesado que ayudó a mejorar la imagen del magnate. “Lo que yo debía hacer era publicar historias positivas sobre el señor Trump y publicar historias negativas sobre sus oponentes”, ha asegurado Pecker durante la sesión de este martes en el tribunal de Manhattan donde se está llevando a cabo el juicio contra el expresidente por el caso Stormy Daniels.
La segunda semana del juicio contra el expresidente por falsear los pagos a la actriz porno Stormy Daniels a cambio de su silencio ya ha arrancado con los alegatos iniciales. Después de conseguir nombrar a los 12 miembros del jurado –y a los seis suplentes–, que deberán dictaminar si Trump es culpable o no, los fiscales han empezado a trabajar para convencer al jurado de que el magnate es culpable de los 34 delitos que se le imputan. Para ello, este martes ha comparecido el primer testigo presentado por la fiscalía, David Pecker, exeditor del tabloide norteamericano.
Pecker también describió cómo acordó con Trump y Cohen comprar los derechos de publicación de otros dos affaires del magnate para evitar que salieran a la luz, como el de la presunta relación con la modelo Karen McDougal. Esta técnica es conocida en el mundo de los tabloides norteamericanos como catch and kill y resulta que Pecker era un maestro de ello. Así mismo, el exeditor de The National Enquirer también ha reconocido que publicó historias amarillas sobre los rivales republicanos de Trump, como Ted Cruz y Marco Rubio. También cargó contra la imagen de Hillary Clinton, la entonces candidata demócrata a la presidencia.
En esta trama para mejorar y maquillar la imagen de Trump de cara a las elecciones, el ahora exabogado del magnate Michael Cohen habría hecho de mediador para celebrar el encuentro entre los tres individuos en la torre Trump. Fue allí donde se acordó el plan.
Multa de hasta 10.000 dólares para TrumpPor otro lado, antes de que testificara Pecker, la acusación también ha pedido que se multe al expresidente por saltarse la prohibición (gag order) de atacar a los testigos, miembros del jurado y familiares emitido por el juez Juan M. Merchan. En total, la multa ascendería a unos 10.000 dólares (1.000, por cada vez que ha violado la norma). Se trataría de una sanción relativamente pequeña para el magnate, teniendo en cuenta que ha pagado hasta 266.600 millones de dólares en fianzas para sus casos civiles.
Según los fiscales, Trump ha violado hasta 10 veces la gag order. Este comportamiento, tal como ha expuesto el fiscal de Nueva York, Christopher Conroy, puede suponer una “amenaza” para el juicio, ya que los testigos “temen con razón” ser el blanco del expresidente. Conroy ha referenciado algunos de los posts que hizo Trump en su red social, Truth Social, atacando a su exabogado Michel Cohen y a la actriz Stormy Daniels de ser “sórdidos” (sleazebags). Se espera que, en los próximos días, Cohen y Daniels testifiquen durante el juicio. Cohen fue quien libró el pago de Trump de 130.000 dólares a Daniels para comprar su silencio.
“Su desobediencia de la prohibición es buscada. Es intencional”, ha reclamado Conroy ante la sala de justicia, según Reuters. Los ataques de Trump también se han dirigido al jurado. La noche del mismo viernes que el expresidente puso en el punto de mira al jurado, uno de los miembros pidió ser excusado de su deber.
El abogado defensor de Trump, Todd Blanche, ha argumentado que el expresidente no ha incumplido la prohibición porque sus publicaciones en redes son de carácter político y, por lo tanto, no ha violado la gag order porque solo estaba respondiendo “a los ataques políticos”. Así pues, Blanche ha asegurado que Trump está intentando cumplir con la prohibición, a lo que el juez Merchan le ha respondido: “Está perdiendo toda credibilidad ante la Corte”.
Trump sigue defendiendo que esta prohibición va en contra de su derecho de libertad de expresión, y a la salida del juicio ha publicado en su red, Truth Social: “Todo el mundo tiene permitido hablar y mentir sobre mí, pero yo no tengo permitido defenderme. Esto es un tribunal injusto (kangaroo court), y el juez debería recusarse a sí mismo”.
El juez Merchan aún no ha emitido un fallo sobre la petición de la acusación, aunque se ha mostrado bastante escéptico ante los argumentos ofrecidos por la defensa. Merchan decidió poner la prohibición después de que Trump se dedicara a poner a atacar a su hija Loren en las redes sociales.