El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha vuelto a amenazar a Líbano, en medio de las crecientes tensiones con el grupo chií Hizbulá, que ha estado atacando casi a diario el norte de Israel desde el comienzo de su ofensiva contra la Franja de Gaza, el pasado 7 de octubre. El Ejército israelí, por su parte, ha bombardeado repetidamente a los milicianos en varios puntos de Líbano, donde también ha causado numerosas víctimas civiles en estos ocho meses.

Gallant ha afirmado que su Ejército tiene la capacidad de hacer retroceder a Líbano “hasta la Edad de Piedra” si lanzara una guerra contra el país vecino, pero ha aclarado que su Gobierno prefiere una solución diplomática al conflicto fronterizo. “Nosotros no queremos una guerra, pero estamos preparados para cualquier escenario”, ha declarado durante una visita oficial de varios días a Estados Unidos. “Hizbulá entiende muy bien que podemos infligir daños masivos a Líbano si lanzamos una guerra”, ha agregado.

Anoche, un bombardeo israelí causó graves daños en un barrio residencial de la localidad sureña de Nabatieh, en el que destruyó por completo un edificio y causó heridas a al menos 20 personas, según la Agencia Nacional de Noticias de Líbano. Este es el primer bombardeo de la aviación israelí contra Nabatieh, que anteriormente había sido blanco de ataques con drones.

Este miércoles, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que las tropas “lograrán la victoria” también en el frente norte. “Acabo de presenciar un ejercicio impresionante de nuestros soldados y comandantes que vienen de todas partes del país y que están decididos a defendernos y lograr una victoria aquí también”, aseguró el mandatario tras visitar la frontera el día anterior.

Este miércoles visitó también la frontera norte el jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi, que realizó una evaluación y supervisó unos ejercicios militares diseñados para “escenarios extremos”, según un comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel.

Desde el pasado mes de octubre, han muerto en el norte de Israel 25 personas (15 militares y 10 civiles), y unos 60.000 residentes han sido evacuados. La mayor parte de víctimas se ha registrado en el lado libanés de la frontera, con más de 300 combatientes de Hizbulá fallecidos y decenas de civiles.