La Policía de Hong Kong ha vuelto a recurrir este domingo, una vez más, al uso de gas lacrimógeno y espray de pimienta para dispersar a los manifestantes que salieron a la calle en el 'Día Mundial contra la Tiranía' en una protesta que no había sido autorizada.
Algunos grupos lanzaron cócteles molotov a los agentes, en al menos una céntrica estación de metro, y las fuerzas de seguridad optaron por desplegar a las unidades especiales de la Policía, conocidos como 'Raptors'.
Además, grupos de manifestantes violentos retiraron y rompieron algunos carteles conmemorativos del septuagésimo aniversario de la fundación de la República Popular China, que se celebra este 1 de octubre.
La Policía registró a muchos de ellos y varios fueron arrestados.
Estos enfrentamientos llegan en el decimoséptimo fin de semana consecutivo de protestas en Hong Kong y 14 horas después de que, este sábado, los organizadores de un mitin aprobado por la Policía tuvieran que terminar antes de la hora prevista por los encontronazos entre radicales y policías, que usaron cañones de agua.
En cada ocasión que la Policía ha denegado una autorización a las manifestaciones, la gente ha seguido saliendo a la calle de manera espontánea y muchas de estas protestas improvisadas han terminado con altercados entre los agentes y algunos manifestantes violentos.
Las protestas, que se convirtieron en masivas en junio a raíz de una polémica propuesta de ley de extradición, se han sucedido durante más de 100 días en la región administrativa especial y han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos que la rigen y una oposición al autoritarismo de Pekín.