Al menos 71 palestinos han muerto en un ataque aéreo israelí sobre el área humanitaria de Al Mawasi, en la zona de Jan Yunis. Al Mawasi es una zona “humanitaria” densamente poblada, en la que se refugian miles de personas que huyen de la ofensiva israelí; algunos desplazados desde el norte de la Franja y otros desde Rafah, en el sur. El propio ejército israelí ha ordenado en varias ocasiones el traslado de la población gazatí a esta zona, que califica como “segura”.
Las Fuerzas de Defensa de Israel han asegurado que el ataque estaba específicamente dirigido contra uno de los máximos líderes de Hamás, Mohammed Deif, comandante de las Brigadas al Qasam, el brazo armado de la milicia islamista. Deif lleva años en la lista de los más buscados de Israel, desde la década de los noventa, y se le responsabiliza de planear y ejecutar numerosos ataques terroristas, entre ellos el atentado del pasado 7 de octubre.
Según han informado a EFE varios funcionarios israelíes, Deif se encontraba en una zona vallada y controlada por el grupo islamista, donde presuntamente se congregaban un gran número de milicianos, entre ellos Rafaa Salameh, otro comandante de la brigada buscado por Israel. La milicia islamista ha negado que el ataque israelí tuviera como objetivo a líderes del grupo. “Esta no es la primera vez que la ocupación asegura atacar a líderes palestinos y resulta después que ha mentido, y estas falsas alegaciones se usan para tratar de encubrir la escala de la horrible masacre”, han dicho en un comunicado.
Mientras, el personal sanitario del hospital Nasser —cercano a la zona del incidente y uno de los pocos que continúa en funcionamiento en el enclave palestino— denuncian que el hospital “ya no puede funcionar”. Los médicos aseguran que están “abrumados” y no son capaces de brindar asistencia sanitaria ante el gran número de víctimas provocadas por el bombardeo y la grave escasez de suministros médicos por el bloqueo israelí.
Uno de los dirigentes de Hamás, Abu Zuhri, ha comunicado a Reuters que este ataque muestra cómo Israel “no está interesado” en llegar a ningún tipo de acuerdo de alto el fuego en la Franja. “Todos los mártires son civiles y lo que ha ocurrido es una grave escalada de la guerra y el genocidio, respaldados por el apoyo estadounidense y el silencio internacional”, ha declarado el mando de Hamás a la agencia.
Desde el inicio del conflicto el pasado 7 de octubre han muerto 38.443 personas por la ofensiva israelí en Gaza, y 88.481 han resultado heridas, según el último recuento del Ministerio de Sanidad de Gaza.