El Partido Popular austriaco (ÖVP) del excanciller Sebastian Kurz es el gran ganador de las elecciones anticipadas de este domingo. Con el 37,2% de los votos y 71 escaños, Kurz mejora el resultado de hace dos años en 5,6 puntos y 9 diptuados y revalidará la cancillería con un resultado, según ha declarador, mejor de lo que esperaba, y que le permite diferentes fórmulas para gobernar.
Kurz tiene así margen suficiente para reeditar su coalición con los ultranacionalistas del FPÖ que, con el 16% de los votos, son los grandes perdedores de estos comicios que ellos mismos forzaron, al perder 21 de los 51 diputados que tenían.
Pero el conservador podría buscar el apoyo de otros hipotéticos socios, como una gran coalición con los socialdemócratas, que pese a ser segundos han cosechado el peor resultado de su historia (21,8% y 41 escaños), algo que parece poco probable. O con los verdes, que han logrado el 14% de los apoyos y 25 diputados, su mejor resultado en unas elecciones nacionales que les permitiría, por primera vez, garantizar un gobierno de coalición con solo dos partidos. Su líder ha manifestado ya que ve más factible que Kurz se decante por los ultras.
Tras los comicios de hace dos años, los conservadores austriacos cerraron una coalición con el partido ultranacionalista y de extrema derecha FPÖ.
Ahora, la alianza, que se rompió obligando a convocar estas elecciones tras un escándalo de corrupción en el seno del partido de extrema derecha, podría volver a reeditarse. Precisamente, en mayo de 2018 se difundió un vídeo en el que se veía al ya exjefe del FPÖ y exvicecanciller Heinz-Christian Strache ofreciendo contratas públicas a cambio de financiación ilegal rusa para su partido.
Kurz expulsó de su Gobierno a los ministros de extrema derecha, que impulsaron una moción de censura. Sobre la posibilidad de repetir la fórmula de una alianza entre conservadores y ultraconsevadores, fuentes del Ejecutivo austriaco ya manifestaron que "dependerá de cómo queden los resultados".