Más de una semana después de decidir mantenerlo en el cargo, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha aceptado la dimisión del primer ministro Gabriel Attal y su Gobierno, que seguirá en funciones para gestionar los asuntos corrientes hasta el nombramiento de un nuevo ejecutivo, en un momento en el que el país se prepara para albergar los Juegos Olímpicos.
El presidente había comunicado al Ejecutivo macronista saliente la decisión durante una reunión del Consejo de Ministros, la última que celebraba con plenos poderes antes de la constitución de la nueva Asamblea Nacional, una fecha que se toma como límite para que los ministros dimitan de su puesto.
Macron había comunicado horas antes que aceptaría la renuncia de su equipo al final de la jornada, según habían informado los participantes en la reunión a la agencia AFP. El jefe del Estado les dijo que el Gobierno se encargaría de “gestionar la actualidad” y sugirió que esta situación podría “durar algún tiempo”, “algunas semanas”, probablemente hasta el final de los Juegos Olímpicos como mínimo, según estos ministros.
Por su parte, Attal ha afirmado que el Gobierno garantizará “la continuidad del Estado hasta el último minuto”, en particular con vistas a la cita mundial. El primer ministro, que llegó al cargo hace solo seis meses convirtiéndose en el jefe de Gobierno más joven de la historia de Francia, ha reforzado en las últimas semanas su control sobre los diputados del partido creado por Macron y ha dado señales de comenzar a distanciarse del mandatario, mostrando su desacuerdo con el adelanto electoral.
Attal presentó su dimisión la mañana siguiente a las elecciones, pero Macron la rechazó y le pidió seguir temporalmente en el cargo para asegurar “la estabilidad del país”.
El paso de Macron se produce a fin de que los miembros del Ejecutivo que han sido elegidos en sus respectivas circunscripciones para ocupar un escaño en la nueva cámara baja puedan asumir su puesto parlamentario. La dimisión responde a que la Constitución francesa impide compatibilizar los cargos en el Ejecutivo con la tarea parlamentaria y no hay margen temporal suficiente para que los miembros del Gobierno que han sido elegidos sean sustituidos por sus suplentes.
En la agenda de la primera sesión de la Asamblea Nacional salida de los comicios del 30 de junio y 7 de julio figuran asuntos decisivos como la elección de un nuevo presidente de la Cámara Baja. Sin la dimisión previa de los miembros del Gobierno, el macronismo perdería en la Asamblea algo más de una quincena de votos que, dado el fragmentado panorama político que arrojaron las elecciones anticipadas, sin ninguna mayoría clara, resultan cruciales para el campo presidencial.
Algunos asistentes a la reunión han dicho que el presidente ha indicado como opción de gobernabilidad una eventual alianza para esta legislatura con la derecha conservadora de Los Republicanos (LR). Se trata de la opción que han defendido en los últimos días los ministros de Interior, Gérald Darmanin, y Economía, Bruno Le Maire, que llegaron al macronismo procedentes del LR.
En paralelo, escalan las tensiones en el seno de la izquierda francesa ante la falta de acuerdo para consensuar un primer ministro tras lograr el mayor número de diputados en las elecciones legislativas. Tras suspender las negociaciones denunciando el bloqueo de los socialistas, el partido de izquierda La Francia Insumisa (LFI) ha rechazado este martes la propuesta de sus socios del Nuevo Frente Popular de proponer a Laurence Tubiana como primera ministra.
“Es una propuesta que no me parece seria”, dijo a France 2 el coordinador nacional, Manuel Bompard.
El secretario nacional del Partido Comunista de Francia (PCF), Fabien Roussel, ha advertido de que si la izquierda no logra “una solución en los próximos días será un auténtico naufragio”. Además de a la jefatura del Gobierno, el NFP debe intentar consensuar un nombre para la presidencia de la Asamblea Nacional.
Con información de EFE