(LondresTV)  Dos candidatos parecen ser las opciones que se barajan para las próximas elecciones presidenciales en Argentina que se efectuarán este 27 de octubre de 2019, exactamente dentro de tres meses.

Esos dos candidatos tienen puertas abiertas por varias razones, son mediáticos, son carismáticos, son polémicos, son fácilmente “votables”, es decir, no es un imposible que lleguen a la presidencia o como dicen los argentinos no es un voto perdido.

Mauricio Macri, actual presidente argentino quien hace dupla con Miguel Angel Pichetto, para Vicepresidente, por un lado y Cristina Fernández (ahora Cristina Kirchner) y su aliado Alberto Fernández, de ahí que Cristina y sus asesores prefirieran cambiarle el Fernández por aquello de parecer la mujer de Alberto y, por lo tanto segundona, lo cual está reñido con el carácter bastante temperamental de la ex presidenta.

Y si, los argentinos podrían tropezar de nuevo con la misma piedra. Todo pasa en la viña del señor, dirían las abuelas en Argentina, está claro que no las abuelas de la plaza de mayo, por su pública, notoria y además buscada alianza con el kirchnerismo desde hace rato.

 

Cristina Kirchner sabe que, a pesar de las derrotas sufridas y de los escándalos que la salpican y no precisamente de agua, tiene fuerza en el discurso. Discurso que por cierto ha estado suavizando, por obra y gracia de sus asesores de imagen y comunicaciones. Lo cual está bien.

¿Quién dice que no? Podría ser Cristina Kirchner la otra vez nueva presidenta del país austral. Una cosa está a su favor: la unificación del peronismo, pero le juega una mala pasada las implicaciones por los casos judiciales en los cuales están inmersos algunos de sus ex funcionarios cuando dirigió los destinos del país.

 Su partner, su contraparte, su fórmula o llave es Alberto Fernández, y sí, no es el marido, sino probablemente su vicepresidente.

Alberto Fernández puede sumar votos porque los argentinos no solo saben que es argentino sino que además lo parece con su bigote y su corte de cabello a lo natural, a lo despeinado, sin gomina o peinado de marketing.

En contra tiene que no es tan mediático como la expresidenta, ni le sigue en carácter. Fernández es más bien del tipo sosegado, conciliador, lo que en política puede jugar malas pasadas, a veces. Le falta malicia política y eso tampoco se perdona en un mundo donde la malicia en política está a la orden del día. Allí tienen mucho trabajo por delante sus asesores.

Seguramente tendrá que deslastrarse de un posible y hasta comprensible complejo de ser el segundo de Cristina Kirchner, pues no en vano en la calle la opinión es que Fernández es un títere de la exmandataria. Y la voz señor Alberto lo le ayuda. Más trabajo para los asesores.

Ambos, Cristina y Alberto que si estuvieran compitiendo en Europa ganarían solo por tener nombre principescos, tienen un pequeño punto que les juega en contra y a favor, según se vea. Son potenciales aliados de Nicolás Maduro, el cuestionado presidente de Venezuela. Esto podría, bien manejado, ser un punto a favor desde el punto de vista de marketing, pues al ligarlos al madurismo se le está diciendo al electorado que hasta aquí llegó la complacencia para el ingreso de venezolanos a territorio argentino, producto de la diáspora venezolana que ya suma unos 4.5 millones de personas, muchas de ellas en Argentina, viviendo allí (menos casas y habitaciones para los argentinos), comiendo allí (menos comida para los argentinos), trabajando allí (menos empleos para los argentinos) y cuando los argentinos dicen que la puerta tiene varios cerrojos, si no los tiene, a esa puerta le aparecen varios cerrojos, porque lo argentino es lo primero parece ser la bandera de la experimentada política Cristina Kirchner.

 

Mauricio Macri tiene, como todos suponen, puntos a favor y en contra. Empecemos por los puntos en contra: es el presidente.

Y todo presidente que se lanza a la reelección tiene las de perder, sobre todo si su gestión no ha sido la mejor. Porque el votante que es inteligente, o debería serlo, no olvida una mala gestión en pocos meses de campaña.

El voto duro de Macri ronda el 30% y eso puede prevalecer, salvo que suceda un imponderable. Algunos ven a Macri como un ineficaz  por el estado actual  de la economía argentina. Pero ello, se matiza con el fuerte rechazo que a lo externo tiene Cristina Kirchner.

?Con Macri los asesores tienen el sueldo asegurado, puesto que deben trabajar mucho y duro para revertir la tendencia que flota sobre la cabeza del presidente. La idea es que Macri vuelva a enamorar, a endulzar, a meterse en un bolsillo al elector argentino. Ser creíble, distanciarse de las fórmulas que apuntan a mostrar obras porque sería contraproducente si la economía no está bien.

Sabemos que Macri no tiene a su favor la oratoria, lo cual en política importa poco si apela a otros recursos más histriónicos, pero creíbles. Y en eso Macri lleva delantera.

Y si quiere sacar del carril a su principal contendora, debe utilizar todos los recursos por histriónicos que sean o parezcan. Macri bien podría ser reelecto presidente de Argentina.

Pero Macri no va solo, faltaba más. Miguel Angel Pichetto, es su dupla. Un político con kilometraje, actualmente senador y muy probablemente amplíe su Curriculum.

Pichetto apunta hacia el elector más conservador y eso le suma votos a Macri y neutraliza sufragios hacia la expresidenta. Pichetto es polémico e irreverente,  habla sin tapujos, sin pausas estereotipadas y eso cautiva a los votantes.  

(Viernes 26 de julio de 2019)