El exmandatario argentino Alberto Fernández ha sido acusado por su exesposa, Fabiola Yáñez, de violencia machista. Ella y el hijo de ambos residen en Madrid
La derecha argentina usa la denuncia por violencia machista contra Alberto Fernández para atacar al feminismo
El expresidente argentino Alberto Fernández ha sido acusado por su exesposa, Fabiola Yáñez –que actualmente reside en Madrid–, de golpearla, humillarla, controlarla, responsabilizarla por su fracaso electoral, amenazarla y obligarla a abortar.
La ex primera dama ha declarado este martes por videoconferencia desde el consulado argentino en la capital española en la causa por violencia de género en la que se constituyó como querellante a raíz de una investigación por corrupción en la contratación de seguros por parte del Estado argentino durante el mandato de Fernández.
Yáñez ha subido este martes a un vehículo poco después de las tres de la tarde para ampliar la querella contra Alberto Fernández en el consulado argentino. Ya presentó una denuncia por escrito en donde enumera que “el maltrato, el hostigamiento, el desprecio, las agresiones y los golpes eran constantes” por parte de su exmarido.
Aunque los hechos ocurrieron en Argentina, las consultas con abogadas, las entrevistas periodísticas y las denuncias judiciales se llevan adelante desde Madrid, donde Fabiola Yáñez vive junto a su madre y su hijo de dos años.
Una polémica fiesta de cumpleañosAntes de terminar el Gobierno de Alberto Fernández, él y su pareja viajaron a Madrid para fijar su residencia y quedar lejos del acoso público. Ella quiso ocupar un lugar de primera dama clásico, pero terminó envuelta en un escándalo porque se publicaron fotos de una cena con nueve personas, en la residencia presidencial (la Quinta de Olivos), el 14 de julio de 2020, durante su cumpleaños, cuando el resto de la ciudadanía tenía que soplar las velas por Zoom a causa de la pandemia.
La foto generó mucha indignación en la opinión pública, ya que fue tomada mientras regía en Argentina el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO), impuesto desde el 20 de marzo de 2020 para evitar contagios. Las reuniones sociales entonces estaban penalizadas por decisión del Gobierno de Alberto Fernández.
Antes de terminar su mandato, Fernández pidió ayuda a la Embajada Argentina para ubicar a Fabiola Yáñez en la capital española. Él volvió a Argentina –aunque dice costear las responsabilidades paternales a través de trabajos con universidades españolas– y ella siguió viviendo en Madrid, “sin niñera ni empleada doméstica”, según relató en una entrevista. Es Licenciada en Periodismo, pero no ha estado trabajando, sino dedicada a tareas de cuidado.
Esas fotos tuvieron un gran costo político y electoral. Pero, en una entrevista con Tatiana Schapiro, de Infobae, Fabiola Yáñez expresó: “Creían que ganaban las elecciones y perdieron. Todos los días se me repetía: 'Por culpa tuya. Perdí un gobierno por culpa tuya'. ¿Cómo un gobierno va a caer por una foto mía?”.
Las fotos fueron difundidas por la prensa el 12 de agosto del 2021. Alberto Fernández había negado el festejo, pero después culpó públicamente a su pareja, alegando que se trató de un festejo organizado por “mi querida Fabiola”. En ese momento, fue criticado por no hacerse cargo de su responsabilidad.
Una investigación previaLa causa por violencia de género no fue iniciada por Yáñez, sino que se desprendió de una investigación por corrupción en la contratación de seguros por parte del Estado. En esa investigación, el juez Ariel Lijo incautó el teléfono de la exsecretaria de Alberto Fernández, María Cantero, y encontró fotos de Fabiola con un ojo morado y un moretón en la axila –esas imágenes han sido publicadas ahora por la prensa argentina–.
En ese teléfono también había conversaciones por chat –que también han sido reproducidas por los medios– en donde ella le dice a su marido: “Me pegas”. Esa conversación habría tenido lugar apenas dos días después de que fueran publicadas las fotos de la cena en la Quinta de Olivos. Fabiola no había iniciado la denuncia. Pero el magistrado, al toparse con ese material durante la investigación, habló con ella y dio intervención a la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Suprema Corte de la Nación.
En un primer momento, Yáñez no quiso denunciar y la investigación –que depende de la decisión de la víctima– no podía iniciarse. Sin embargo, después de la publicación por parte del diario argentino Clarín, decidió hablar en los medios y ante la Justicia.
En el área legal, Yáñez pidió a través de un escrito que el exmandatario sea imputado por lesiones graves “doblemente calificada por el vínculo y perpetrado en el marco de violencia de género con abuso de poder y de autoridad y amenazas coactivas”. “Terrorismo psicológico”, en palabras de Yáñez.
Además, aseguró que el expresidente y padre de su hijo le dijo que si ella lo denunciaba él “se suicidaba”. “Eso no se hace, es un delito”, refutó Fabiola frente a las cámaras en una localización madrileña.
Con una velocidad que no suele ser habitual para los casos de violencia de género, la Justicia allanó la casa donde vive Fernández (en una lujosa zona frente al Río de la Plata llamada Puerto Madero, la única de la ciudad en la que las calles tienen nombres exclusivamente femeninos) e incautó su teléfono personal.
Declaración desde MadridEste martes 13 de agosto Fabiola Yáñez ha declarado por videoconferencia. Su testimonio fue requerido por el fiscal federal Ramiro González. En la audiencia ha participado la emblemática fiscal feminista y titular de la Fiscalía Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), Mariela Labozzetta, junto a parte de su equipo; también ha estado presente Malena Derdoy, responsable de la Dirección General de Acompañamiento, de Orientación y Protección a las Víctimas (Dovic).
La defensa de Alberto Fernández había pedido que la abogada Silvina Carreira –designada el viernes 9 por la aceleración del proceso judicial– presenciara el testimonio desde los tribunales argentinos. Pero Mariana Gallego, la nueva abogada de la ex primera dama –que se encontró con ella el sábado 10 de agosto en Madrid, recién llegada de Argentina– se opuso para que su presencia no pudiera afectarla o intimidarla. El juez Julián Ercolini aceptó la demanda.
Silvina Carreiras se ha quejado porque no se le ha permitido presenciar la declaración, ni dejar preguntas por escrito para Fabiola Yáñez. “Si puede prestar una declaración televisiva de muchas horas y exponerse públicamente ante toda la sociedad, entonces no la revictimiza tanto la situación, ¿por qué no permiten las preguntas de esta defensa?”, ha dicho, advirtiendo de que va a pedir que se declare nula la audiencia.
En una entrevista con el diario El País, de Mar Centenera y Martín Sivak, Alberto Fernández negó la violencia física: “No he sido el autor de ninguna golpiza”. Sí admitió discusiones de pareja, pero se victimizó y aludió a una supuesta instrumentación de la acusación: “Alguien la alentó a denunciar”, afirmó.
En relación a la pensión alimenticia para su hijo, describió: “Todos los ingresos que tengo en España van a una cuenta que está a nombre de los dos y que maneja ella. Son ingresos por la universidad y conferencias”. El mandatario –que viajó por última vez a España entre mayo y junio de este año– advirtió de que va a defenderse ante la Justicia contando situaciones de la madre de su segundo hijo (nacido el 11 de abril de 2022, durante su mandato) y que no quiso hacer públicas hasta ahora.
Fernández es reconocido por su verborragia más que por su hermetismo, y otros periodistas relataron conversaciones confidenciales en las que dejó entrever que su exesposa padece adicciones. “Hay cosas de las que no quiero hablar y que voy a hablar solo ante un juez”, subrayó.
Lo que importa para la justicia es si la violencia existió o si sigue en estado latente. El tribunal ha decidido imponer medidas de restricción y prohibición de acercamiento, tanto personales como telefónicas o virtuales, que demuestran que Yañez es considerada de momento una víctima de violencia de género en situación de riesgo en su hogar en Madrid, mientras un país entero sigue pendiente del siguiente paso en esta causa contra el expresidente argentino.