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Harris dice que “no” cambiará la política sobre el envío de armas a Israel en la guerra de Gaza

Harris dice que “no” cambiará la política sobre el envío de armas a Israel en la guerra de Gaza

La candidata demócrata a la presidencia de EEUU concede su primera entrevista tras aceptar la nominación y justifica sus cambios de opinión: "Lo más importante es que mis valores no han cambiado"

Kamala Harris se encumbra en la fiesta demócrata prometiendo unidad en EEUU pero sin dar voz a Palestina

Cuarenta días después de suceder a Joe Biden como la presidenciable demócrata y una semana después de aceptar la nominación en Chicago, Kamala Harris ha concedido su primera entrevista a los medios en la cadena CNN.

Su vicepresidente, Tim Walz, también la ha acompañado a la cita, un hecho por el cual los republicanos la han criticado. A lo largo de los 30 minutos de conversación, Harris ha abrazado la gestión realizada bajo la administración Biden en lo relativo a cuestiones como la economía, la inmigración y la guerra de Gaza. 

Cuando la periodista Dana Bash ha preguntado a Harris si su política sobre el envío de armas a Israel cambiará respecto a la que ha tenido el presidente Biden, Harris ha respondido que “no” y ha desviado la cuestión a las negociaciones sobre el alto el fuego en Gaza.

- Harris: “Esta guerra debe terminar y debemos conseguir un acuerdo para liberar a los rehenes. He hablado con las familias de los rehenes estadounidenses. Liberemos a los rehenes. Logremos el alto el fuego”

- Bash: “¿Pero sin cambio de política en términos de armas y demás?”

- Harris: “No, tengo que cerrar el acuerdo [sobre el alto el fuego en Gaza]. Dana, tenemos que cerrar el acuerdo. Cuando ves la importancia de esto, para las familias, para la gente que vive en esa región... un acuerdo no es solo la cosa correcta que se debe hacer para terminar esta guerra, sino que desbloqueará mucho de lo que vendrá después” .

La respuesta no es sorprendente, pero sí una de las más explícitas hasta la fecha. Desde que Harris se convirtió en la candidata demócrata, el ala más progresista del partido y las voces propalestinas han presionado para conseguir un cambio respecto a la relación con Israel. La vicepresidenta siempre ha sostenido una posición más crítica que Biden con las acciones de Tel Aviv y también ha mostrado una mayor sensibilidad con el sufrimiento de los palestinos, por lo que algunos grupos tenían la esperanza de que su relevo podría permitir un cambio en esta cuestión.

Con el “no” de anoche, Harris ha enviado un mensaje de que no se dejará amedrentar por las presiones y confirma lo que ya se vio durante la convención demócrata de Chicago. El partido demócrata denegó la petición de que una persona palestino-americana subiera a hablar en el escenario del United Center, después de que sí lo hiciera la familia de un rehén norteamericano que fue capturado por Hamás el 7 de octubre. 

Harris ha vuelto a mostrar su sensibilidad por lo que pasa en Gaza, asegurando que han muerto “demasiados palestinos inocentes” -más de 40.000 en los casi once meses de guerra-, pero también ha insistido en su “inequívoco y firme compromiso con la defensa de Israel”. “Israel tiene el derecho a defenderse y cómo lo haga es importante”, ha afirmado. 

“Sigo comprometida desde el 8 de octubre con que debemos trabajar hacia una solución de dos estados, donde Israel esté seguro y, en igual medida, los palestinos tengan seguridad, autodeterminación y dignidad”, ha dicho Harris. La defensa de la solución de los dos estados es algo a lo que también ha apelado Biden a lo largo del conflicto. Sin ir más lejos, durante el discurso del Estado de la Unión, en marzo, el presidente ya hizo referencia a esta vía como la solución al conflicto.

Sacar pecho de la gestión Biden

La entrevista en la CNN era una oportunidad para que Harris presentara una visión más completa sobre cómo sería su presidencia si este 5 de noviembre es elegida, pero ha vuelto a tirar del mismo discurso y las propuestas ya presentadas. Cuando Bash le ha preguntado qué haría en su primer día en el Despacho Oval, Harris ha asegurado que instaurará una “economía de la oportunidad” y ha vuelto a apelar a las medidas que ya expuso en Carolina del Norte, como la prohibición de la “especulación” sobre el precio de los alimentos. 

Ante esta respuesta, Bash ha resaltado el hecho de que Harris ha sido vicepresidenta estos últimos tres años y por qué no ha sido hasta ahora cuando ha puesto sobre la mesa estas propuestas. Ante ello, la demócrata ha desviado la cuestión señalando la situación económica que se encontraron ella y Biden cuando llegaron a la Casa Blanca en 2020 después de la pandemia: “Primero teníamos que recuperarnos como economía y lo hemos hecho. Estoy muy orgullosa del trabajo que hemos hecho y que ha llevado a que la inflación esté por debajo del 3%”. Harris ha intentado evitar la fotografía económica del mandato Trump entre el 2017 y 2019, cuando el precio del carro de la compra era más bajo y la vivienda más accesible, para situar el punto de partida en el desplome que supuso la crisis sanitaria. 

Sobre la gestión de la frontera con México, Harris tampoco ha ofrecido ninguna propuesta concreta y se ha centrado en atacar a Donald Trump por incentivar el bloqueo del proyecto de ley para reforzar la situación. “Trump bloqueó este proyecto de ley que habría contribuido a asegurar nuestra frontera, y lo hizo porque creía que eso lo ayudaría políticamente. Le dijo a su gente en el Congreso que no lo presentaran. Mató el proyecto de ley, una ley de seguridad fronteriza que habría puesto a 1500 agentes más en la frontera”, ha afirmado. 

Para mostrar su posición sobre migración, Harris ha recordado su trabajo como fiscal en California: “Creo que debe haber formas en las que tengamos leyes que aborden las personas que cruzan ilegalmente nuestra frontera, y debe quedar claro en esta carrera electoral que soy la persona que ha perseguido el tráfico de armas y drogas, que he trabajado en un estado fronterizo como fiscal general para hacer cumplir nuestras leyes, y que haré cumplir nuestras leyes como presidenta en el futuro”.

A pesar de que en materia económica ha mostrado una hoja de ruta un poco más a la izquierda que la de Biden, buena parte de la agenda de Harris representa un giro hacia el centro y es bastante continuista con el legado de los últimos tres años de mandato. Especialmente si se compara con su postulación a las primarias de 2020, donde quedó rápidamente descalificada. Bash ha apuntado esta cuestión y le ha preguntado a Harris qué deben esperar los votantes sobre este giro. “Creo que el aspecto más importante y más significativo de mi perspectiva y decisiones políticas es que mis valores no han cambiado”.

Un republicano en su gabinete

Una de las novedades de la noche ha sido el anuncio de incluir a un republicano en su gabinete si llega a presidenta. “He pasado mi carrera invitando a la diversidad de opiniones. Creo que cuando se toman algunas decisiones es importante tener a gente en la mesa con puntos de vista y experiencias diferentes, y creo que beneficiará al pueblo estadounidense”, ha asegurado Harris. 

La afirmación quiere reforzar el mensaje de unidad y reconciliación que ya dibujó durante su intervención en Chicago. Una vez más, Harris busca penetrar más allá de las bases del partido para llegar a esos votantes indecisos y a los conservadores descontentos con Trump.

Por lo que respecta a los ataques de Trump, quien puso en cuestión el hecho de que sea negra y aseguró que estaba usando la etiqueta para hacer campaña, Harris no ha querido darle espacio: “El mismo truco de siempre. Siguiente pregunta, por favor”. La rapidez con la que ha despachado el tema también es una muestra del poco rédito que le da a su rival y muestra el nuevo marco desde donde ahora los demócratas están atacando a Trump: darle a probar su propia medicina y reducirlo a un ególatra.

En términos generales, Harris ha seguido con la táctica de no mojarse demasiado respecto a su agenda para no dar material a su rival para que pueda atacarla. Y ha funcionado. Trump ha etiquetado de “aburrida” la entrevista de la CNN. Con esto, el equipo de campaña quiere prevenir un desgaste demasiado rápido de la candidatura de la vicepresidenta y también busca alargar el momentun sin necesidad de mojarse más allá de lo necesario.

La renuncia de Biden

Después de asumir el relevo, Harris aún no había explicado cómo fue el momento en que Biden le comunicó que se retiraba de la carrera. “Estábamos sentándonos para hacer un puzle, cuando sonó el teléfono y era Joe Biden y me dijo que había decidido retirarse”, ha relatado. Según Harris, su primer pensamiento no fue para ella “sino para él”. “Me dijo: ‘Voy a dejar la carrera electoral y te voy a apoyar a ti como candidata’”. 

“Creo que la historia mostrará que no solo Joe Biden ha dirigido una administración que ha logrado esos éxitos extraordinarios, sino que el carácter del hombre es uno que ha demostrado a lo largo de su vida y carrera, incluido como presidente, ser bastante desinteresado y poner al pueblo estadounidense en primer lugar”, ha asegurado Harris, mostrando un claro afecto no solo hacia el legado de Biden, sino también hacia él como persona.

Walz, una pregunta difícil y una fácil

Por lo que respecta a Tim Walz, el candidato a vicepresidente ha tenido su pregunta incómoda sobre su servicio en la Guardia Nacional. La periodista le ha preguntado al vicepresidente por las declaraciones sobre el hecho de haber llevado armas “en la guerra” a pesar de no haber sido enviado nunca a una. Walz ha argumentado que su “historial habla por sí solo” y que “si no es por esto, [los republicanos] atacan a mis hijos por mostrarme amor, o a mi perro”. En los últimos días, los republicanos también lo han atacado por compartir una foto con un perro que no era el suyo y por las imágenes efusivas que se vieron en la convención demócrata con su hijo Gus.

La pregunta fácil ha sido sobre la imagen viral de Chicago cuando su hijo apareció en pantalla diciendo: “Ese es mi papá” y llorando. Walz lo ha descrito como un “momento visceral y emocional”. Walz ha vuelto a hacer gala de su naturalidad y tranquilidad a la hora de hablar, sin mostrarse especialmente incómodo ante las preguntas difíciles. 

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