El Servicio Secreto ha detenido a un hombre que apuntaba con un arma dentro del campo de golf de Palm Beach de Donald Trump, en Florida, mientras el expresidente estaba dentro. Uno de los agentes de Trump ha sido capaz de detectar el cañón del rifle a través de una de las vallas del recinto y ha sido entonces cuando ha abierto fuego contra el individuo, según ha expuesto el Servicio Secreto en una rueda de prensa posterior a los hechos.

El detenido por el presunto atentado es Ryan Wesley Routh, un hombre blanco de 58 años que aparentemente empuñaba un rifle AK-47 a través de la verja del campo de golf del republicano. Routh estaba muy comprometido con la causa ucraniana –estuvo varios meses en Ucrania durante la guerra, según aseguró en una entrevista con el New York Times– y había criticado tanto a Donald Trump como a Joe Biden en sus redes sociales.

Este domingo, Trump se encontraba jugando al golf, un hoyo por detrás del agente del Servicio Secreto, cuando se ha producido el incidente poco antes de las 14:00 (hora local). Aún no se ha podido confirmar si el individuo ha llegado a abrir fuego durante el suceso. “No tenemos claro si el individuo ha podido devolver los disparos a nuestros agentes”, ha asegurado Rafael Barros, el agente especial a cargo de la oficina de campo de Miami del Servicio Secreto. El individuo iba armado con una AK-47, que tiene un rango de alcance de unos 650 metros. Según el FBI, en ese momento Trump estaba a unos 475 metros desde donde se encontraba el sospechoso con el arma.

Además del rifle, los agentes también han encontrado al lado de la verja dos mochilas y una cámara GoPro. En un primer momento, el hombre ha intentado huir en una furgoneta hasta que finalmente la policía ha conseguido detenerle. “Afortunadamente, un testigo presencial vio a una persona darse a la fuga en un Nissan negro. Tomó una fotografía del vehículo en la que se veía la matrícula. Eso fue de gran ayuda”, ha explicado el sheriff Ric Bradshaw durante la rueda de prensa. 

Aún no se saben más detalles sobre las motivaciones del individuo y el FBI ha pedido a la ciudadanía que contacte con las autoridades si tienen alguna información que pueda resultarles útiles para la investigación. La Oficina del Sheriff del Condado de Palm Beach ha informado de que no hay heridos tras los disparos en las inmediaciones del club.

El nivel de amenaza es “alto”, según ha avisado Barros. El incidente vuelve a elevar la tensión en medio de una campaña turbulenta que ya vivió su primer punto de inflexión con el atentando contra Trump el pasado mes de julio en Butler, Pensilvania. En esa ocasión el tirador, Thomas Crooks, llegó a disparar hasta seis balas, una de las cuales rozó la oreja derecha del magnate. Otra se cobró la vida de uno de los asistentes.

 “¡ESTOY SANO Y SALVO! Nadie ha resultado herido. Gracias a Dios. Agradezco tener vuestro apoyo”, ha dicho Trump este domingo en un mensaje de texto a sus simpatizantes, donde confirma que se encuentra ileso. “Hay gente en este mundo que hará lo que haga falta para detenernos, yo no dejaré de luchar por ustedes. ¡No me rendiré nunca! Siempre les querré por apoyarme. ¡Mediante nuestra UNIDAD Haremos a Estados Unidos Grande De Nuevo”. 

Trump se había desplazado a las instalaciones este fin de semana tras participar en varios actos de campaña el pasado viernes. El club del expresidente ocupa varias manzanas en West Palm Beach, pero varios de los hoyos del recorrido que hacía este domingo Trump se encuentran muy cerca de las calles que lo rodean, por lo que es posible ver las instalaciones desde ellas. El sospechoso, según Associated Press, habría arrojado el rifle dentro del perímetro del campo de golf. Según explica la agencia, la presencia de Trump suele requerir el cierre parcial del campo así como la presencia de agentes del Servicio Secreto en vehículos por el campo para proteger al republicano.

A pesar de que el atentado de Butler había quedado en un segundo plano después de la renuncia de Joe Biden y la irrupción de Kamala Harris como candidata demócrata, Trump ha seguido capitalizando el tiroteo en sus mítines. Hace tan solo cinco días, elevaba el tono durante el debate presidencial y acusaba en prime time a los demócratas de estar tras el incidente de Butler. Recientemente, su esposa Melania Trump también ha compartido vídeos que alimentan las teorías conspiranoicas en torno al caso.

Desde entonces el atentado de Butler que la actuación del Servicio Secreto ha estado en el punto de mira. De hecho, Kimberly Cheatle, la por entonces directora de la agencia de inteligencia, acabó dimitiendo a raíz del caso a finales de julio. Afirmó que ese intento de asesinato supuso el “mayor fallo operativo” de la agencia “en décadas”. Tras esto, el Servicio Secreto aprobó un plan para incrementar la seguridad de Trump, que incluye el uso de pantallas de vidrio blindado en sus eventos en el exterior.

Ahora, este nuevo episodio amenaza con elevar aún más las probabilidades de la violencia política en el país y relega a un plano secundario la dolorosa derrota de Trump contra Harris durante el debate organizado por la cadena ABC News el pasado martes. 

La Casa Blanca ha informado en un comunicado que el presidente Joe Biden, y la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, han sido informados “sobre el incidente de seguridad en el campo de golf Trump International, donde el expresidente Trump estaba jugando. Están aliviados de saber que está a salvo. Su equipo los mantendrá informados periódicamente”.

“Un sospechoso está detenido y elogio el trabajo del Servicio Secreto y sus socios en la aplicación de la ley por su vigilancia y sus esfuerzos para mantener a salvo al expresidente y a quienes lo rodean. Me siento aliviado de que el expresidente está ileso”, ha dicho Biden en un comunicado. El demócrata, además, ha señalado que ha ordenado a su equipo que “continúe asegurando que el Servicio Secreto tenga todos los recursos, la capacidad y las medidas de protección necesarias para garantizar la seguridad continua del expresidente”.