El hasta ahora comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, ha dimitido acusando a la presidenta de la Comisión Europea de presionar al gobierno francés para designar a otro candidato a cambio de una cartera más importante
La intención de Von der Leyen de hacer vicepresidente a un ministro de Meloni tensa a socialistas y liberales
Abrupto adiós del comisario de Mercado Interior, Thierry Breton. El actual representante francés en la Comisión Europea y a quien Emmanuel Macron había propuesto de nuevo ha presentado su dimisión con efecto inmediato en una carta remitida a la presidenta, Ursula von der Leyen, en la que revela que la alemana pidió al presidente que designara a otra persona a cambio de una cartera más importante en el nuevo gobierno comunitario.
Breton ha dejado muy claro su malestar en la carta de despedida a Von der Leyen en la que recuerda que Macron anunció extraoficialmente en la cumbre de líderes de la UE del mes de junio que seguiría siendo comisario otro mandato. “Pediste a Francia que retirara mi nombre -por razones personales que en ningún caso has discutido directamente conmigo- y ofreciste, como contrapartida política, una cartera más influyente para Francia en el futuro Colegio de Comisarios”, dice Breton, que comunica su salida inmediata de la actual Comisión Europea, cuyo mandato seguirá vigente hasta otoño. Breton ha ido por libre en muchas ocasiones y su relación con Von der Leyen no es especialmente fluida. Fue uno de los comisarios, junto con Josep Borrell, que le reprochó la contratación de un dirigente de la CDU para un goloso puesto como enviado especial para las pymes.
Horas después del anuncio de Breton, El Elíseo ha anunciado que Macron designa a su ministro de Asuntos Exteriores y UE, Stéphane Séjourné, para la Comisión Europea. En un comunicado, en el que no entra a valorar las acusaciones del hasta ahora comisario, asegura que el jefe de la diplomacia cumple los “requisitos exigidos”.
“El Presidente de la República siempre ha defendido la obtención por Francia de una cartera clave de comisario europeo, centrada en las cuestiones de soberanía industrial y tecnológica y de competitividad europea. Este ha sido el eje de todos los contactos que ha mantenido con la Presidenta de la Comisión Europea desde que fue elegida por el Parlamento Europeo”, reza el texto.
Tampoco la Comisión Europea ha querido pronunciarse sobre el procedimiento que ha denunciado Breton acogiéndose a que los contactos con los jefes de Gobierno son “confidenciales”. “La presidenta está centrada en el futuro”, ha dicho la coportavoz, Arianna Podestà, que se ha limitado comunicar la aceptación de la renuncia de Breton por parte de la presidenta y a agradecer en su nombre el trabajo que ha prestado en los cinco últimos años “en expedientes importantes”, entre los que ha citado la ley de mercados digitales y la ley de servicios digitales.
La dimisión de Breton, que ha estado involucrado en el impulso a la industria militar o en la primera ley de Inteligencia Artificial, se produce la víspera de que Von der Leyen anuncie la composición del nuevo Colegio de Comisarios en el que lleva trabajando desde finales de agosto, que fue la fecha que le dio a los líderes de los 27 -a excepción de Alemania, a quien ella representa- para que le hicieran llegar sus propuestas.
Von der Leyen pidió que plantearan dos nombres, el de un hombre y el de una mujer, para lograr la paridad en el Colegio de Comisarios. Se lo reclamó a todos los gobiernos, a excepción de aquellos que quisieran que repitiera un miembro del actual gobierno comunitario, como era el caso de Breton. “Es una competencia de los estados miembros proponer los nombres”, ha despejado la coportavoz de la Comisión Europea.
La alemana se ha topado con la negativa de todos los gobiernos, excepto el de Bulgaria, a cumplir con su exigencia de que hicieran dos propuestas. Sólo siete estados miembros propusieron, de entrada, nombres de mujeres, entre ellos España con la vicepresidenta Teresa Ribera. Con la negociación posterior, ha conseguido algunos cambios que la han ido acercando a la paridad. “Si no se pide, no se consigue”, dijo recientemente la alemana, que ahora acepta a otro hombre para sustituir a Breton.
El otro problema con el que se ha topado Von der Leyen es el enfado de socialistas y liberales -los grupos que junto con los populares sustentan su mayoría- por la intención de nombrar a un ministro de Giorgia Meloni vicepresidente de la nueva Comisión Europea, que asumen que Italia nombre un candidato de la cuerda de la primera ministra ultraderechista, pero afean a Von der Leyen que le sitúe en el “corazón” de las políticas europeas.
Todos los comisarios tienen que pasar el examen de la Eurocámara y, después, el gabinete en su conjunto debe lograr su visto bueno. Socialistas y liberales amenazan con tumbar al aspirante italiano, pero el equilibrio es difícil dado que esa jugada puede poner cuesta arriba la designación de candidatos de esos partidos, que también necesitan el apoyo del PPE.
El anuncio de Von der Leyen sobre la composición de su próximo gobierno también está en el aire por la situación política en Eslovenia, que tiene que dar el visto bueno a la candidata propuesta en la comisión de Exteriores, pero el presidente de ese organismo parlamentario está dilatando el proceso, que estaba previsto para el viernes. En la Comisión Europea por el momento mantienen el plan bajo la premisa de que 24 horas en política son muchas.