Continúa la escalada de tensión en Oriente Medio. El Ejército israelí ha anunciado este domingo que está atacando objetivos de Hizbulá en Líbano, después de detectar el lanzamiento de “150 cohetes, misiles de crucero y drones” por parte del grupo chií hacia el norte de Israel en las últimas horas.

El grupo libanés ha reivindicado los ataques de este domingo por la mañana y de este sábado por la noche contra la zona de Haifa, donde las autoridades han suspendido las clases, y ha reivindicado el impacto contra una fábrica de armamento israelí y una base militar. Al menos dos personas han resultado heridas leves y una se encuentra en estado moderado tras recibir impactos de metralla en la zona, ha dicho el servicio de emergencias israelí Magen David Adom (MDA).

Según Hizbulá, los ataques son una “respuesta inicial” a las explosiones de miles de dispositivos de comunicación del grupo esta semana, atribuidas a Israel, y que dejaron más de 30 combatientes muertos. Israel, por su parte, ha declarado que “los ataques del Ejército continuarán y se intensificarán”, según un comunicado de las fuerzas de defensa del país.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha enviado este domingo un mensaje amenazador Hizbulá en el que le advierte de que si aún no “ha entendido el mensaje, os prometo que lo entenderá”. Sin hacer referencia explícita a los ataques de los últimos días, que incluye el golpe a miembros de la milicia chií en todo Líbano al hacer explotar sus buscas, radios y 'walkie-talkies', Netanyahu ha dicho que “hemos infligido a Hizbulá una secuencia de golpes que no se imaginaba”.

Como también ha hecho Netanyahu, el portavoz para la prensa internacional del Ejército israelí, Nadav Shoshani, ha lamentado que miles de niños del norte de Israel no puedan ir a clase hoy, poco después del comienzo del año escolar, por los ataques de Hizbulá, y ha señalado que unas 60.000 personas siguen viviendo evacuadas desde octubre, lo que calificó de “intolerable”. “Hizbulá es responsable de la situación en la que estamos. Ellos empezaron esto, sin provocación, el 8 de octubre”, aseguró el portavoz.

El avance de las tensiones más allá de las fronteras de la Franja de Gaza, con ataques entre Israel y Líbano, así como la posible implicación de otras milicias desde Irak, hace temer que el conflicto con Hamás acabe extendiéndose a todo Oriente Medio. La agencia Reuters asegura que un líder de la Resistencia Islámica en Irak ha anunciado “una nueva fase” en sus labores de apoyo: “Una escalada en Líbano quiere decir escalada desde Irak”.

El presidente de Israel, Isaac Herzog, ha defendido este domingo en la televisión británica Sky News que su gobierno “no quiere una guerra” con Líbano. Herzog ha declarado que el aumento de las tensiones de las últimas semanas “ha sido instigado” por los socios de Irán en la región, desde Hamás en Gaza a Hizbulá en Líbano o los hutíes en Yemen. “Israel está luchando por su supervivencia, por su existencia y la de sus ciudadanos”, ha añadido Herzog.

Los bombardeos de este fin de semana llegan apenas 48 horas después de que Israel asesinara en Beirut a al menos 16 combatientes de Hizbulá, entre ellos el comandante Ibrahim Aqil, jefe de operaciones del grupo con una orden de detención de EEUU, y otros tres responsables de las fuerzas especiales. En el ataque también perdieron la vida tres menores y siete mujeres, según las autoridades libanesas.

“Con la región al borde de una catástrofe inminente, no se puede exagerar lo suficiente que NO hay una solución militar que garantice una mayor seguridad para ninguna de las dos partes”, ha declarado la coordinadora especial de Naciones Unidas en Líbano, Jeanine Hennis-Plasscharet, en un mensaje en X.

La situación hace temer el estallido de una guerra abierta en la región, pese a que Hizbulá ha avisado de que no quiere entrar en un conflicto a gran escala y que sus ataques cesarían en el caso de lograrse un acuerdo de alto el fuego en Gaza.

Los últimos ataques en la frontera con Líbano ha llevado a los hospitales del norte de Israel a reducir su actividad y trasladar sus operaciones a zonas blindadas. El Ministerio de Sanidad israelí ha ordenado a todos los hospitales cercanos a la frontera que muevan su actividad a zonas fortificadas y que cancelen las cirugías opcionales, después de que el Ejército israelí publicase nuevas órdenes para la población civil en las comunidades del norte.

Las directrices limitan hasta este lunes las reuniones en espacios exteriores a un máximo de 10 personas y a 100 las reuniones en interior, y obliga a los lugares de trabajo a desarrollar su actividad cerca de refugios antiaéreos. También fueron cerradas las playas y las escuelas.

La cadena de televisión Al Jazeera ha denunciado este domingo que soldados israelíes fuertemente armados han incautado y destruido sus equipos en las oficinas de este medio en Ramala, Cisjordania. “Los soldados están confiscando el equipo a pesar de que la orden solo se refiere al cierre de la oficina”, ha señalado el responsable de la oficina, Walid al-Omari.

La cadena, conocida por su cobertura de los bombardeos a hospitales, ataques contra edificios residenciales y la muerte de civiles desarmados en Gaza, también ha informado que durante el allanamiento los soldados arrancaron un cartel de la periodista Shireen Abu Akleh, asesinada hace dos años por un soldado israelí mientras cubría una redada militar en Cisjordania. Este hecho generó condenas a nivel internacional y amplió las tensiones entre Israel y el canal.

La oficina de medios del Gobierno en Gaza ha condenado enérgicamente la decisión del Ejército israelí de cerrar las oficinas de Al Jazeera en Ramala, calificándola como un “crimen y una clara violación del derecho internacional”. En una declaración publicada en Telegram, han afirmado que esta decisión refleja “la debilidad y fragilidad de la narrativa israelí frente a la verdad y los hechos sobre el terreno.”

Mientras tanto, las autoridades libanesas han elevado este domingo a 45 el número de los muertos en el bombardeo israelí del viernes pasado contra un edificio en el que estaban reunidos líderes de la fuerza de élite de Hizbulá en un suburbio del sur de Beirut.

El Centro de Operaciones de Emergencia de Salud Pública, del Ministerio de Salud Pública libanés, ha anunciado en un comunicado un nuevo balance de víctimas de ese bombardeo, que derrumbó completamente un edificio residencial y que dejó inicialmente un saldo de 37 muertos, incluidos al menos una docena de miembros de Hizbulá.

Aún continúan los trabajos de escombrar en busca de cadáveres o supervivientes, mientras que según las autoridades libanesas especialistas han empezado pruebas de ADN para determinar las identidades de los restos encontrados entre los cascotes del edificio de diez plantas, que se ubicaba en el suburbio de Dahye del sur de la capital libanesa, feudo de Hizbulá.