El Consejo de Europa, institución paneuropea que tiene como misión la defensa de los derechos humanos, la democracia y el Estado de derecho, celebró este martes sus 70 años convencido de que es más necesario y está más vigente que nunca.
El expresidente del Gobierno español Felipe González, uno de los principales ponentes hoy en Estrasburgo, consideró que el Consejo "está más vigente que hace 70 años" y le deseó que celebre otros tantos protagonizados por sus pilares y sus principios.
González fue junto al presidente francés, Emmanuel Macron, uno de los invitados a la ceremonia celebrada para conmemorar el septuagésimo aniversario de la organización paneuropea, en el Teatro de la Ópera de la capital alsaciana.
"Más que conmemorar hay que felicitarse por la creación del Consejo de Europa y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos", afirmó.
En su intervención ante parlamentarios, cuerpo diplomático y funcionarios de la organización, González recordó que él nació siete años antes de crearse la organización que reconcilió a los países de Europa occidental enfrentados en la Segunda Guerra Mundial.
"La democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos son los tres pilares para superar la patología de la guerra y encontrar el espacio de paz en libertad", dijo.
"España se retrasó casi 30 años por la anomalía de la dictadura de Franco", cuando el resto de Europa occidental "había superado esos regímenes con el Estatuto del Consejo de Europa", rememoró.
Y contó que cuando España llegó a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) "aún no habíamos refrendado la Constitución. Nos dijeron si podíamos esperar a aprobarla para ingresar y dijimos que no queríamos esperar". España ingresó inmediatamente después, en noviembre de 1977.
González criticó el "irredentismo nacionalista" que "quiere quitar a los ciudadanos el derecho a reclamar" ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en alusión a Rusia si ese país abandonase la institución.
También criticó la anomia, es decir la falta de reglas o el cambio de las mismas, como "el cambio de política de un Estado que cambia su compromiso contra el cambio climático por el negacionismo".
Por su lado Macron, que se había dirigido tres horas antes a la Asamblea Parlamentaria, calificó al Tribunal de Estrasburgo de "tesoro jurídico" y al Consejo de Europa de "milagro".
"Creemos que los soñadores y creadores sólo sirven para China y Estados Unidos", pero añadió que "somos el continente de los autores y creadores".
En su discurso previo ante la APCE, el mandatario francés había destacado que el Consejo de Europa "es fruto del humanismo europeo" y que gracias a él se ha conseguido la casi total abolición en el continente de la pena de muerte y que haya menos casos de torturas.
Y también se pronunció en favor de que la UE se adhiera al Convenio Europeo de Derechos Humanos, un proceso que lleva varios años paralizado.
La nueva secretaria general del Consejo de Europa, Marija Pejcinovic Buric, pidió que "cada cual viva según la dignidad a la que todos tenemos derecho" y dijo no tener miedo al futuro de la organización, que siempre se ha enfrentado al extremismo político.
Mientras, el presidente del Tribunal de Estrasburgo, Linos-Alexandre Sicilianos, afirmó que el Consejo dispone de un arma pacífica, la Corte europea, que es "la expresión del multilateralismo en el mundo judicial".
En la ceremonia se proyectó una brevísima intervención del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que agradeció las campañas del Consejo de Europa contra la violencia de género y el discurso del odio.
La Orquesta Filarmónica de Estrasburgo abrió la ceremonia con el himno europeo y la cerró con el tercer movimiento de la tercera sinfonía de Gustav Mahler.
Javier Aguilar