El ex presidente confiesa en un mitin en Wisconsin, al que llegó en un camión de la basura, que sus asesores le han pedido, sin éxito, que no haga ese tipo de comentarios sobre las mujeres
“La única basura son sus seguidores”: las declaraciones de Biden sobre Trump que la Casa Blanca intenta matizar después
“Voy a hacerlo, les guste o no a las mujeres. Voy a protegerlas. Voy a protegerlas de los migrantes que llegan. Voy a protegerlas de los países extranjeros que quieren atacarnos con misiles, y de muchas otras cosas”.
Trump reconoció que sus asesores le habían aconsejado no hablar de “proteger a las mujeres”, a raíz de unos comentarios pronunciados en septiembre. “A esta gente le pago mucho dinero, y les respondí: 'Bueno, voy a hacerlo, les guste o no a las mujeres'. Voy a protegerlas”.
La vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, y candidata demócrata, reaccionaron rápidamente al discurso de Trump. “Donald Trump cree que debería llegar a tomar decisiones sobre lo que haces con tu cuerpo”, dijo Harris en un post. “Te guste o no”.
La portavoz de la campaña de Harris, Sarafina Chitika, también dijo en X que Trump “cree que sabe más que las mujeres de Estados Unidos”.
La portavoz de la campaña de Trump, Karoline Leavitt, por su parte, respondió, según recoge NBC: “Harris puede ser la primera mujer vicepresidenta, pero ha implementado políticas peligrosamente liberales [progresistas] que han dejado a las mujeres en peor situación financiera y mucho menos seguras de lo que estábamos hace cuatro años bajo el presidente Trump”.
“Las mujeres merecen un presidente que asegure las fronteras de nuestra nación, elimine a los criminales violentos de nuestros vecindarios y construya una economía que ayude a nuestras familias a prosperar, y eso es exactamente lo que hará el presidente Trump”, añadió Leavitt, criticando las políticas de la Casa Blanca en materia de migración y economía.
Harris ha centrado gran parte de su campaña en la defensa de los derechos reproductivos tras la sentencia del Suprmeo que revocó la doctrina garantista –vigente desde el caso de Roe contra Wade–. En sus mítines suele decir que quiere aprobar un proyecto de ley que restablezca las protecciones del histórico caso del Tribunal Supremo.
La campaña de Trump está tratando de ganarse a las votantes en una carrera en la que las encuestas indican márgenes muy estrechos en varios estados disputados.
Trump, que ya ha sido criticado incluso dentro de las filas republicanas por ser “excesivamente masculino” y por obtener peores resultados entre las mujeres en los últimos sondeos, se ha atribuido el mérito de los recortes en los derechos al aborto y ha alabado que la cuestión del aborto se remita a los estados, si bien ha dado a entender que no firmaría una prohibición federal del aborto.
Una encuesta realizada este mes por NBC News indicaba una gran diferencia de género en las preferencias de los votantes por los candidatos: las mujeres apoyaban a Harris por un margen de 14 puntos porcentuales y los hombres a Trump por un margen de 16 puntos.
La misma encuesta reveló que los votantes consideraban que el aborto era el tema que más les interpelaba con un 22% que afirmaba considerarlo lo suficientemente importante como para votar únicamente por él.
Trump, en un camión de la basuraVestido como un trabajador de la limpieza y desde la cabina de un camión de la basura, Donald Trump trató de convencer el miércoles a los votantes del disputado estado de Wisconsin de que los demócratas creen que quienes votan por él son “basura”.
La teatralidad se produjo en respuesta a una metedura de pata verbal de Joe Biden la noche anterior. Biden se ha justificado alegando que su intención era condenar a un cómico por sus comentarios racistas en un multitudinario mitin que Trump organizó en el Madison Square Garden de Nueva York el fin de semana.
Trump y sus aliados, sin embargo, han aprovechado las palabras de Biden para argumentar que la candidata demócrata Kamala Harris no es sincera en su promesa de ser una presidenta para todos los estadounidenses, incluso para aquellos que no la voten. En una visita a la ciudad de Green Bay, que se encuentra en una región de tendencia republicana de un estado indeciso que, según las encuestas, cualquiera puede ganar, Trump insistió en este punto al prescindir de su traje de chaqueta habitual y ponerse un chaleco naranja reflectante para dar un discurso ante un estadio repleto de partidarios suyos con la gorra roja.
“Tengo que empezar diciendo que 250 millones de estadounidenses no son basura”, dijo Trump al inicio de su discurso de casi 90 minutos. No especificó cómo había llegado a la cifra de 250 millones, pero parece que se trata aproximadamente de toda la población de Estados Unidos menos los que votaron a Biden en 2020.
“Esta semana, Kamala ha estado comparando a sus oponentes políticos con los asesinos en masa más malvados de la historia, y ahora, hablando en una llamada para su campaña anoche, el deshonesto Joe Biden finalmente dijo lo que él y Kamala realmente piensan de nuestros partidarios. Los llamó basura. No puede ser”.
La metedura de pata de Biden, una más en sus casi cuatro años en el cargo, amenaza con complicar la campaña de Harris, después de que su esfuerzo por ganarse a los votantes latinos se viera reforzado por el comentario del cómico Tony Hinchcliffe en el mitin del domingo pasado en el Madison Square Garden, en el que dijo que el territorio estadounidense de Puerto Rico es “una isla flotante de basura en medio del océano”.
Las estrellas puertorriqueñas Bad Bunny y Ricky Martin han anunciado desde entonces su apoyo a Harris, y el miércoles, el cantante de reggaeton Nicky Jam, que también tiene vínculos con la isla, citó los comentarios para retirar su apoyo a Trump.
Biden, sin embargo, pareció regalar al Partido Republicano una nueva línea de ataque cuando dijo en una llamada Zoom el martes por la noche con una organización de votantes latinos: “La única basura que veo flotando por ahí son sus seguidores... su demonización de los latinos por parte de sus partidarios es inconcebible y es antiestadounidense”.
El presidente aclaró más tarde que su intención era criticar “la retórica de odio” contra los latinos que se vio en el Madison Square Garden, pero la campaña de Trump insistió en que Biden estaba denigrando a las personas que votaron por el ex presidente.
Con información de The Guardian