Sólo 16 de los 192 jefes de Estado y de Gobierno, así como ministros, que intervinieron durante la última semana en la Asamblea General de Naciones Unidas fueron mujeres, lo que representa un pírrico 8,4 por ciento que evidencia la brecha de género que hay en el poder que rige el mundo.
Mientras el debate en la Asamblea se centró en si el mundo es de los "globalistas" o los "patriotas", como formuló Donald Trump, una cosa quedó clara: que más allá de la pugna entre unilateralidad o multilateralidad, el mundo es hoy cosa de hombres. Las mujeres pintan poco en las altas esferas del poder.
Los datos facilitados por la nueva presidencia de la Asamblea General de Naciones Unidas ha llevado al organismo de ONU Mujeres a poner el grito en el cielo.
En este sentido, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, ha valorado a Efe que es "profundamente decepcionante que ni siquiera el 10 por ciento de los oradores en la Asamblea General de este año fueran mujeres".
"A nivel mundial, los niveles reales de representación son del 24 por ciento, en sí mismos, no casi paritarios. Las escasas referencias de los líderes a la igualdad de género niegan además el liderazgo ampliamente probado y el papel de las mujeres como agentes de cambio", añadió Mlambo-Ngcuka.
Según la directora ejecutiva de ONU Mujeres, "necesitamos ver movimientos concertados para abordar los obstáculos estructurales que actualmente están frenando a las mujeres, desde la falta de recursos financieros para hacer campaña hasta los partidos políticos dominados por hombres".
Por su parte, el nuevo presidente de la Asamblea General de la ONU, Tijjani Muhammad-Bande, ya se refirió a este desequilibrio de género en la clausura de la 74 sesión, en donde recordó la "historia de desventaja" que sufre la mujer en el terreno de la representación política.
"La igualdad de género en el mundo contemporáneo todavía está en progreso, por lo tanto, debemos duplicar el esfuerzo para acelerar el proceso para incluir a las mujeres no solo en la estructura de la toma de decisiones, sino también en la lista de oradores que se construyó en este foro de alto nivel", subrayó Tijjani Muhammad-Bande.
Hoy, en una rueda de prensa, el diplomático nigeriano ha vuelto a la carga y ha remarcado que el hecho de que sólo el 8 por ciento de los oradores ante la Asamblea fuese mujeres "no es una buena cifra, en especial teniendo en cuenta nuestro compromiso con la igualdad de género".
¿Qué se puede hacer para remediarlo?, se le ha preguntado a Muhammad-Bande, "Invitar a los Gobiernos a permitir la participación más amplia posible, especialmente para desbloquear obstáculos para la participación de mujeres en la política. Creo que ese es el único enfoque posible".
Carles Escolà