La Unión Europea se prepara para reducir las sanciones que impuso en los últimos trece años a Siria. Tras la caída de Basahar al Assad, los países occidentales han retomado los contactos diplomáticos con el nuevo Gobierno, pilotado por el grupo armado islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), para abrir una nueva etapa.

“Ha llegado el momento de que los nuevos dirigentes sirios hagan realidad la esperanza que han creado mediante una transición pacífica e integradora que proteja a todas las minorías. Luego debatiremos con los ministros de Asuntos Exteriores de la UE cómo suavizar las sanciones”, expresó Kallas a través de la red social X (antes Twitter) tras esa reunión de alto nivel en la que tuvo un encuentro con el nuevo ministro de Exteriores sirio, Asaad Hassan al-Shibani.

Los países de la UE, que han reactivado las relaciones diplomáticas con Siria, se mueven, no obstante, con cautela para ver los pasos que van dando los nuevos mandatarios, a los que exigen respeto a las minorías que forman parte del país y a las mujeres. Por el momento, lo que les llega no les suena mal.

A favor de la retirada gradual de las sanciones se han mostrado países, como Alemania, Italia o Francia. “Proponemos un enfoque inteligente a las sanciones para que el pueblo sirio obtenga alivio y coseche beneficios rápidos de la transición de poder”, expresó la jefa de la diplomacia germana, Annalena Baerbock, desde Riad. Baerbock y su homólogo francés, Jean-Noel Barrot, viajaron a Damasco a principios de enero en nombre de la UE para reunirse con las nuevas autoridades. Esta semana está previsto que lo haga el ministro español, José Manuel Albares.

Desde la represión de las protestas por parte del régimen de Al Assad en 2011, la UE y otros aliados internacionales como EEUU, impusieron sanciones a Siria. En total, los 27 han castigado (con bloqueo de fondos y prohibición de entrada en el territorio) a 318 individuos y 86 entidades.

Las sanciones tambié incluyen la prohibición de importar petróleo crudo y productos petrolíferos de Siria, la prohibición de invertir en la industria petrolera siria y en empresas dedicadas a la construcción de nuevas centrales para la producción de electricidad , la congelación de los activos del banco central sirio en la UE, restricciones a la exportación de equipos y tecnología que puedan utilizarse para la represión interna, así como de equipos y tecnología para la vigilancia o interceptación de las comunicaciones telefónicas o por Internet, prohibición de que las instituciones financieras sirias abran nuevas sucursales o filiales en la UE, entre otras.

La intención del levantamiento paulatino de las sanciones, que en su momento también conllevaron la ruptura parcial del acuerdo comercial que ahora han pedido sin éxito España e Irlanda con Israel por la matanza en Gaza, es que se eliminen los castigos que afectan económica y socialmente al país para dar una oportunidad al nuevo Gobierno. La propuesta se debatirá formalmente en la reunión de ministros de Exteriores de la UE del próximo 27 de enero.