La UE pisa el acelerador en los preparativos de unas hipotéticas conversaciones de paz sobre Ucrania de las que, por el momento, tanto el bloque comunitario como Kiev se han quedado fuera.

La designación de un enviado especial es uno de los asuntos que ha abordado el presidente del Consejo Europeo, António Costa, con los líderes de la UE en las conversaciones preparatorias de la cumbre extraordinaria que ha convocado para el próximo jueves 6 de marzo. En la carta de invitación a la reunión, Costa expresa que la situación en Ucrania encara un “nuevo impulso” que debería conducir a una “paz justa y duradera”. “La UE y sus estados miembros están listos para adoptar más responsabilidad en la seguridad europea”, señala la misiva.

Otro de los asuntos que estará sobre la mesa son las “garantías de seguridad” para Ucrania una vez que se alcance ese eventual acuerdo de paz. Y ese es el otro gran mensaje que los líderes europeos están trasladando a la Casa Blanca: la necesidad de que EEUU respalde las garantías de seguridad, aunque el despliegue de tropas de paz sea exclusivamente europeo. Precisamente Trump ya ha recibido al francés Emmanuel Macron y al británico Keir Starmer, que son los que han impulsado la posibilidad de diseñar esa misión, que por ahora cuenta con el rechazo del Kremlin.

Macron informó a los líderes de los 27 a través de una videoconferencia de su encuentro con Trump. Según el Gobierno francés, se trata de una “inflexión” y Macron obtuvo en su reunión con Trump “tres resultados muy importantes”. “Donald Trump ha consentido que los europeos puedan garantizar el acuerdo de paz cuando se consiga, que esas garantías puedan concretarse en capacidades militares en Ucrania y que Estados Unidos pueda apoyar ese esfuerzo”, expresó el ministro de Exteriores, Jean Noel Barrot, en una entrevista en France 2.

El domingo habrá un nuevo encuentro del máximo nivel en Londres, auspiciado por el primer ministro Starmer, que en este asunto está plenamente alineado con la UE y está intentando intermediar con Trump en un momento de máxima tensión en las relaciones transatlánticas. El último episodio fue el plantón del secretario de Estado, Marco Rubio, a la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, cuando ya se encontraba en Washington. La estonia había sugerido que EEUU había caído en la “narrativa” de Rusia.

Lo que esperan en la UE es que la situación se suavice, por ejemplo, con la cita de este viernes de Trump y Zelenski en Washington. “Nuestra posición es clara. Nada sobre Ucrania sin Ucrania y nada sobre la seguridad de Ucrania sin la UE, porque la seguridad de Ucrania es la de la UE. EEUU y la UE tienen un interés común en una paz duradera y justa. Ucrania tiene que estar en una posición de fortaleza ante cualquier conversación”, ha dicho el portavoz de Exteriores de la Comisión Europea,  Anouar El Anouni, que ha pedido que no se caiga “en las trampas que tiende Rusia”.

El tercer hito será la cumbre extraordinaria de los líderes en Bruselas, que comenzará con un intercambio con Zelenski sobre Ucrania y en el que también abordarán la defensa en la UE. Hay un consenso en la necesidad de aumentar el gasto militar y el debate gravita en torno a cómo financiarlo. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, planteó flexibilizar las reglas de gasto para que la defensa no compute en el déficit y la deuda, pero hay países, como España, que reclaman que más allá de los presupuestos nacionales se articule a través de la UE.

Von der Leyen se ha abierto a un “instrumento” para llevar a cabo el “esfuerzo europeo”, pero aún no ha concretado nada. Ni siquiera si estaría financiado con deuda conjunta, pero no ha cerrado la puerta. Los eurobonos para defensa es una petición de Pedro Sánchez y otros países del sur, como Italia, pero en este caso también Polonia o los bálticos, que normalmente se alinean con los frugales en contra de la deuda conjunta, también lo quieren. Alemania y Holanda se mantienen en el 'no', pero la idea va ganando fuerza.