Los 800.000 millones del "plan para rearmar Europa" que ha presentado Ursula von der Leyen saldrán de los esfuerzos nacionales: a través de los presupuestos, con una flexibilidad a la hora de computar el déficit y la deuda pero que luego tendrán que asumir con recortes en otras partidas o impuestos, o mediante créditos que tendrán que devolver
Von der Leyen presenta un plan de rearme de 800.000 millones y permitirá desviar fondos de cohesión a la defensa
“Es el momento de Europa y estamos preparados para dar el paso”.
El cálculo de Von der Leyen sale de una nueva herramienta de endeudamiento diseñada por Bruselas, y que permitirá tener mejores condiciones de financiación por reducir los costes de los intereses al ser la UE la que sale a los mercados, pero que tendrán que pagar, en último término, los estados miembros. Es decir, los 150.000 millones que se prevén de ese instrumento no serán deuda mancomunada sino que cada uno tendrá que devolver el dinero que reciba en forma de créditos para incrementar sus capacidades.
Proyectos de tres estados miembros y Ucrania¿Cómo funcionará ese instrumento? El objetivo es que se coordinen los esfuerzos en materia de defensa y se financien proyectos conjuntos en lo que Von der Leyen ha definido como “capacidades paneuropeas”, entre lo que incluye defensa antiaérea y antimisiles, sistemas de artillería, misiles y municiones, drones y sistemas antidrones o necesidades relacionadas con la cibernética y la movilidad militar. Lo que se podrá financiar con esos préstamos son proyectos en esas áreas impulsados por tres estados miembros o dos estados miembros y Ucrania, según fuentes comunitarias.
“Garantizará la interoperabilidad y la previsibilidad, reducirá los costes y creará una necesidad a escala. El instrumento también apoyará a los Estados miembros porque las industrias deben reforzar nuestra base industrial de defensa europea como prioridad”, expresan esas fuentes, que consideran que es la vía más rápida para activar la industria europea.
Créditos y no ayudas para sortear el 'no' de Alemania y HolandaCon ese camino intermedio, la Comisión Europea sortea el rechazo de países como Alemania, Holanda y Austria, que habían anticipado su rechazo a la emisión de nueva deuda conjunta europea para financiar los esfuerzos en defensa. Sin embargo, una suerte de fondos Next Generation, como los que se pusieron en marcha en la pandemia, para financiar bienes comunes europeos, entre ellos la seguridad, era el planteamiento de Pedro Sánchez. También el Gobierno polaco ha reconocido que preferiría que los 150.000 millones llegaran en forma de subsidios y no de créditos. Polonia, que tiene un gasto militar superior al 4% del PIB, pretende llegar al 5% y empuja para que el resto de estados miembros también lo hagan. En el lado opuesto de la tabla está España, que pretende alcanzar el 2% en 2029, un periodo que todos los aliados consideran excesivo.
Por otro lado, Von der Leyen pretende que el grueso de la financiación del gasto militar salga de los presupuestos nacionales en los próximos cuatro años. Así, calcula que se puede conseguir un aumento de 650.000 millones si los estados miembros lo incrementan una media de un 1,5%. Para ello, plantea que esas partidas no computen en el cómputo del déficit y la deuda a la hora de examinar las cuentas de los estados miembros. Pero eso no significa que el endeudamiento público vaya a desaparecer.
Recortes o subidas de impuestos en el medio plazoY para países como España, que ya de por sí tienen elevadas tasas de deuda, la propuesta es poco atractiva. De hecho, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ya sugirió que no solicitarán la activación de la denominada cláusula de escape para que el incremento del gasto en defensa no se tenga en cuenta a la hora de evaluar las finanzas públicas. “Prevemos que ese incremento del gasto en defensa pueda ser compatible con el cumplimiento de España de las reglas fiscales”, dijo Cuerpo. Con la intención de Von der Leyen, España tendría que aumentar unos 25.000 millones de euros al año su actual gasto en defensa.
Además, la flexibilización de la disciplina fiscal tiene un límite temporal: cuatro años. A partir de ahí, mantener el incremento en defensa conllevará recortes o nuevos impuestos. “Con el tiempo tendrá que ser acomodado en los presupuestos nacionales. Por lo tanto, ya sea subiendo los impuestos o reduciendo el gasto, no hay forma de evitarlo”, admiten fuentes comunitarias.
Von der Leyen también ha anticipado cambios en la política del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para “ampliar el alcance” de su capacidad de financiación a la industria militar. Poco después, Nadia Calviño ha enviado una carta a los líderes de la UE, que son en última instancia los accionistas de la entidad, para informarles de la pretensión de eliminar el actual límite de 8.000 millones de euros para la financiación de los proyectos de seguridad y defensa.
Calviño elimina el límite a la financiación de la defensa“Queremos proponer en la reunión de marzo al Consejo de Administración del BEI un nuevo ajuste de los criterios de elegibilidad del Grupo para garantizar que las actividades excluidas están definidas de una manera más precisa y tan limitada como sea posible en enfoque para que estén alineadas con las nuevas prioridades políticas de la UE de una manera que salvaguarde las operaciones y la posición financiera del BEI”, señala Calviño en la misiva, que llega, además, después de que los líderes de 18 países, entre ellos Sánchez, le pidieran hacer más en ese sector tras la publicación de los resultados del banco.
En 2024, la financiación para proyectos de defensa se duplicó dedicando 1.000 millones de euros de los 89.000 millones que el BEI movilizó en total. El incremento se debió al cambio de las reglas internas de la entidad para rebajar los límites que tenía para invertir en proyectos de doble uso (civil y militar) y facilitar de esa manera la inversión específica en proyectos de defensa. Con esa modificación de las normas del BEI, que supone que ya no se tienen que invertir en proyectos que destinen al menos el 50% para uso civil, se han incrementado las inversiones.
Ahora habrá una nueva suavización a las restricciones y quitar el límite a la inversión en materia de seguridad y defensa, aunque mantendrá el veto a invertir en armamento como tal. “No somos un Ministerio de Defensa”, dijo Calviño en la presentación de los resultados del BEI.