La ciudad de París homenajeó este viernes la memoria de la resistente Neus Català, que fue una de las últimas supervivientes españolas de los campos de concentración nazis, con un paseo en su nombre para que se recuerde su lucha contra el totalitarismo.
La inauguración contó con la presencia de su hija, Margarita Català, del conseller de Acción Exterior de la Generalitat, Alfred Bosch, y del diputado Joan Josep Nuet, antiguo secretario general del disuelto Partido de los Comunistas de Cataluña, donde militaba Neus Català.
Fallecida el pasado abril a los 103 años, firme defensora también de los derechos de las mujeres, cruzó en 1939 la frontera española al final de la Guerra Civil acompañando a 180 niños huérfanos que estaban a su cargo, los denominados 'Niños de Negrín'.
Colaboró con la resistencia francesa a los nazis hasta que fue detenida en 1943 y trasladada al campo de concentración de Ravensbrück, a unos 90 kilómetros de Berlín. Liberada en 1945, veló desde entonces por la memoria de quienes estuvieron y murieron en esos campos.
"Ser su hija fue un privilegio", destacó Margarita Català, quien recibió en su nombre la medalla Grand Vermeil, la más alta distinción de la capital.
Su paseo en un tramo del bulevar de Charonne, sinónimo para los franceses de la muerte en 1962 de ocho manifestantes contra la guerra de Argelia, se encuentra junto al dedicado a la militante feminista Maya Surduts y otro a la republicana española comunista Maria Doriath.
"Espero que hubiera apreciado estos símbolos fuertes", dijo en su intervención la encargada de la Memoria y del Mundo Combatiente en la alcaldía de París, Catherine Vieu-Charier, para quien a través del homenaje a Català se honra a la España republicana.
El consistorio se saltó el plazo de cinco años que debe pasar desde la muerte de una personalidad antes de poderle dedicar una calle por la "magnífica" trayectoria de la militante, que tras regresar a España en 1976 continuó su actividad política primero en las filas del PSUC y, tras escindirse este partido, en el PCC.
Para Bosch, Català representa la voluntad de no plegarse nunca en la lucha por la democracia y los derechos fundamentales.
"Nos recuerda que combatir no significa coger un arma, sino juntarse para defender una idea", añadió Nuet en un acto que finalizó con el Cant dels Ocells interpretado a capella por Marina Rossell.
El homenaje tuvo lugar el mismo año en que se ha celebrado el 75 aniversario de la Liberación de París, en la que soldados republicanos españoles contribuyeron con la toma de varios puntos clave; y el 80 aniversario del inicio del exilio republicano tras la Guerra Civil (1936-1939).
"Como la extrema derecha está levantando la cabeza, el testimonio no solo de mi madre, sino de mujeres como ella, es muy importante. Su palabra estaba arraigada en el presente. Hablaba para el futuro, para que el fascismo no vuelva", concluyó su hija ante la prensa.