Hasta 240.000 ucranianos llegados a Estados Unidos desde el inicio de la guerra con Rusia en 2022 podrían perder el permiso humanitario de estancia en el país y verse abocados a la deportación, según publica la agencia Reuters citando cuatro fuentes, entre ellas un alto funcionario del Gobierno de Donald Trump.

Trump emitió una orden ejecutiva el pasado 20 de enero con la que ordenó al Departamento de Seguridad Nacional que interumpiese todos los programas de acogida humanitaria.

La administración planea revocar el permiso de residencia a alrededor de 5300.000 cubanos, haitianos, nicaragünses y venezolanos este mismo mes, según dos de las fuentes con las que habló Reuters, que también tuvo acceso a un correo electrónico del servicio de inmigración estadounidense que advierte de que la retirada del permiso puede acelerar los procedimientos de deportación de los afectados.

La normativa de EEUU distingue entre los inmigrantes que entran de forma ilegal y quienes acceden al país por vías legales, pero sin ser “aceptados” en sentido propio. En este segundo supuesto, que no fija un plazo límite para la expulsión, es en el que se encuentran los 240.000 ucranianos, así como 70.000 afganos que escaparon del país asiático tras la toma de poder por parte de los talibán.

El gobierno de Trump, que durante la campaña electoral prometió eliminar todos estos programas desplegados durante el mandato de Biden, ya dejó de tramitar el mes pasado las solicitudes de inmigración rellenadas bajo varios programas del Ejecutivo anterior.