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La motosierra de Milei dispara las renuncias colectivas de médicos

La motosierra de Milei dispara las renuncias colectivas de médicos

El desmantelamiento de programas esenciales de VIH, tuberculosis y sarampión provocó masivas renuncias de profesionales en el aréa de vacunas del Ministerio de Salud en pleno brote de sarampión

Milei inaugura el año legislativo con la promesa de acabar con el Estado

El desguace de programas esenciales de VIH, tuberculosis y sarampión disparó masivas renuncias de médicos en el Ministerio de Salud argentino. Una radiografía que muestra a un país más vulnerable a los brotes epidemiológicos como efecto de los recortes del gasto público del gobierno de Javier Milei.

Un Ejecutivo que anunció que cierra el Instituto Nacional del Cáncer y se retira de la Organización Mundial de la Salud. 

La crisis comenzó cuando la gestión del Ministerio de Salud, a cargo de Mario Lugones, despidió a profesionales en áreas de vacunación y enfermedades inmunoprevenibles de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DiCEI). Entre los despedidos se encuentran dos expertas clave en sarampión y hepatitis A, quienes además desempeñaban un papel fundamental en el monitoreo de brotes. 

La DiCEI se ocupa de garantizar la calidad, la seguridad y la distribución de las vacunas en todo el país. Tiene entre sus funciones responder ante emergencias y coordinar acciones en caso de epidemia. En un primer momento, la cartera que conduce Lugones planeaba despedir a la totalidad del área, es decir, eliminar la DiCEI. Finalmente, el 30% del personal resultó afectado, ya que el Ministerio despidió a 14 personas de las 46 que formaban parte del equipo.

“Nuestra renuncia es un acto de ética médica”

La reacción colectiva no se hizo esperar con una ola de renuncias. En un comunicado, profesionales de la DiCEI cuestionaron la falta de planificación y el desmantelamiento por parte del gobierno ultraderechista. “No vamos a ser parte de un Ministerio en el que los programas esenciales no pueden dar respuesta a las obligaciones básicas que marca la Ley. Nuestra renuncia es un acto de ética médica, de responsabilidad cívica y profesional, y una advertencia urgente. La salud pública no es un gasto: es una inversión en la vida y el bienestar de toda la sociedad”, plantearon mediante una carta.

Los médicos apuntaron contra “las decisiones actuales que priorizan el ajuste al corto plazo en detrimento de las políticas de prevención y control, como así también la forma en que el Ministerio estigmatiza a los trabajadores, acusándolos de ser parte de una ´casta privilegiada´”. 

En Argentina, una de las enfermedades que más preocupa es el sarampión. A comienzos de febrero, las autoridades sanitarias emitieron una alerta epidemiológica e invitaron a completar los esquemas de todos los niños y niñas. En pleno aumento de casos -hay ocho confirmados, de una enfermedad que no había desde 2020-, ya no forman parte del equipo las dos expertas en la materia. Así lo explica a elDiario.es el médico infectólogo José Barletta, uno de los renunciantes. “Cuando ya estaba declarado el brote de sarampión se echó a una de sus referentes y la otra especialista renunció ahora porque no están dadas las condiciones para responder al brote en este contexto”.

El ministro Lugones negó que hubiera renuncias colectivas, tampoco recortes. “En las últimas horas se dieron a conocer supuestas renuncias masivas y vaciamiento en el Ministerio de Salud. Esto es falso”, posteó. Y agregó: “Las renuncias presentadas son políticas, no sanitarias. Son profesionales vinculados a la gestión anterior que quieren vaciar áreas y crear un supuesto desmantelamiento que no existe”.

Barletta ejemplifica con su área para desmentir a Lugones. “En la dirección VIH en diciembre éramos 8 médicos: una especialista en tuberculosis, dos hepatólogas, cuatro infectólogos de adultos (3 hacíamos gestión y un tercero auditoría de medicamentos únicamente) y una infectóloga pediatra. El 31 de diciembre echaron a la única especialista en tuberculosis, en enero despidieron a las dos hepatólogas y a uno de los infectólogos de adultos. En febrero nos fuimos los únicos 2 infectólogos que hacíamos gestión y quedó un infectólogo haciendo auditoría de medicamentos y una infectóloga pediatra. O sea, el 75% de los médicos fueron despedidos o renunciamos”.

El médico infectólogo agrega que “en la dirección de vacunas de un total de 13 médicos, 5 renunciaron, 4 fueron despedidos y 2 están de licencia. Es decir que el 85% de los profesionales fueron despedidos o renunciaron. Hoy por hoy no hay nadie. En momentos en que aumentan los casos de hepatitis A no hay experto en la materia, ya que el 31 de diciembre se despidió a la única hepatóloga. En estas condiciones no podíamos seguir”. 

A la falta de planes de contingencia, se le suman la desinformación y las fake news en torno a las vacunas. Este cóctel provoca una baja en las tasas de inmunización y el retorno de afecciones erradicadas en el pasado, como es el caso del sarampión. 

Según un informe del CEPA (Centro de Economía Política Argentina), el presupuesto del gobierno en salud se redujo en 2024 en un 40% y esto se tradujo en una disminución del 92% para el Programa de Respuesta Integral al VIH, infecciones de transmisión sexual, hepatitis virales, tuberculosis y lepra y de un del 45% y 54% para los programas de Prevención y control de Enfermedades transmisibles e inmunoprevenibles.

Cierra el Instituto Nacional del Cáncer

Como parte de los recortes, el Instituto Nacional del Cáncer (INC) dejará de existir, según anunció el Ministerio de Salud en la tarde de este jueves. El anuncio sobre el cierre de un instituto creado hace 15 años durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ocurre una semana después de que se viralizara un mensaje en redes sociales de la responsable del Programa Nacional de Cuidados Paliativos en el que denunció que la cartera de Salud lo había desmantelado. Según el gobierno, el INC será absorbido en la Dirección Nacional de Enfermedades no Transmisibles. 

Al respecto, el ex director del instituto, Daniel Gómez, señala que “se nos presenta como una simple reorganización administrativa, pero no nos engañemos: esto es un retroceso en la lucha contra el cáncer en Argentina. El INC no es una mera oficina burocrática. Es el corazón de la política oncológica en el país. Ha sido un centro estratégico para la prevención, la detección temprana, la investigación y el acceso a tratamientos en un país donde el cáncer es la segunda causa de muerte”. 

Con todo, el gobierno de Milei insiste con el desguace en el área de Salud y ya ha anunciado su retirada de la Organización Mundial de la Salud, en espejo de la decisión que tomó la administración Trump.

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