La presidenta de la Comisión Europea anuncia una nueva orden de retornos europea para los migrantes sin papeles
El pulso de Trump y la división dejan ver las costuras de la OTAN y la UE
Donald Trump es el principal desafío al que se enfrenta Europa en este momento. Si la Unión Europea estaba inmersa en reforzar su competitividad, el camino amenaza con empinarse si EEUU impone aranceles. Y tras tres años de guerra en Ucrania, Washington ha dado una patada al tablero que ha dejado a la UE noqueada en un momento en el que todavía no puede garantizarse su propia seguridad que está externalizada al otro lado del Atlántico.
Así lo ha dejado claro la presidenta de la Comisión Europea en una rueda de prensa este domingo con motivo de los 100 primeros días de mandato (que se cumplen, no obstante, el martes) en la que ha defendido lo que han hecho en este tiempo “que ha parecido una vida”. Los vaivenes de EEUU son los que han generado el principal desasosiego en Europa. “Si hace dos meses pensábamos lo que nos venía, ahora pensamos que ojalá nos hubiéramos quedado con lo que creíamos nos venía”, admitía esta semana una alta fuente europea sobre el órdago que en materia económica y sobre Ucrania ha lanzado Trump.
Aún así, Von der Leyen ha reiterado que EEUU es el “principal socio” de la UE y que hay que trabajar “juntos”, a pesar de las diferencias. La alemana descarta marcar, por tanto, distancias con ese país con estrategias como la que tiene la UE con otras potencias, como China, con la que lleva a cabo una política de “de-risking”, que supone prepararse para eliminar riesgos como la dependencia en materias primas, por ejemplo.
Pero en buena medida la UE se ha visto obligada a acelerar sus planes de incremento del gasto en defensa y las capacidades estratégicas en materia de seguridad precisamente por el giro de EEUU y Von der Leyen ha defendido el 'plan de rearme' con el que pretende que los países inyecten 800.000 millones de euros al gasto ,militar en los próximos años, aunque eso suponga aumentar la deuda y el déficit. “Tiempos extraordinarios requieren esfuerzos extraordinarios”, ha reiterado la alemana, que ha reconocido que ahora hay un mayor “sentimiento de urgencia”.
También se ha mostrado abierta a explorar otras propuestas adicionales, como los eurobonos (España reclama que haya transferencias directas para defensa y no solo créditos), aunque ha dicho que es pronto para tomar esas medidas y que por el momento se van a limitar al desarrollo legislativo de lo que ya ha puesto sobre la mesa.
“Tiempos extraordinarios requieren medidas extraordinarias y esto también aplica a la Comisión. Para lidiar con el difícil camino por delante tenemos que cambiar hacia una mentalidad de preparación. Por ello en las próximas semanas convocaré el primer Colegio de Seguridad”, ha dicho sobre una iniciativa con la que pretende garantizar que todos los miembros del gobierno comunitario reciben información sobre acontecimientos de seguridad, sea externa o interna, pero también en materia de energía, defensa, ciberseguridad, comercio o interferencias extranjeras, entre otros temas. “Solo si tenemos una compresión muy clara y en profundidad de las amenazas, también las híbridas, podremos contribuir efectivamente a la seguridad colectiva”, ha expresado.
No ha habido grandes anuncios en la rueda de prensa más allá de adelantar que la propuesta para retornos de las personas migrantes sin papeles que el Colegio de Comisarios lanzará este martes -y que está por ver si incluye los polémicos centros de deportación fuera de la UE como los de la ultraderechista Giorgia Meloni en Albania- incluirá una nueva “orden europea de retornos” (o lo que es lo mismo de expulsiones).
Von der Leyen ha aprovechado para sacar pecho de su gestión en estos tres meses, especialmente con el diseño del “plan de rearme”, que ha asegurado que servirá para impulsar a la industria, así como los planes para sacar a la UE del letargo, con los diálogos estratégicos con sectores como el agrícola o el del automóvil, que han resultado en pasos atrás en la agenda verde. Lo mismo ha ocurrido con el paquete ómnibus con el que la Comisión Europea pretende simplificar los procesos administrativos, pero que en la práctica supondrá una reducción de los requisitos medioambientales y sociales.