Los argentinos han acudido este domingo a las urnas para decidir a qué líder político le confían la responsabilidad de sacar al país de una nueva crisis. Alberto Fernández partía como favorito contra el actual presidente, Mauricio Macri, que intentaba al menos forzar un porcentaje que activara una segunda vuelta electoral. Pero los pronósticos se han cumplido: Alberto Fernández será presidente.
El peronista y líder del Frente de Todos ha ganado en la primera vuelta de las elecciones con un 48,10% de los votos, por delante del actual presidente que cosechó el 40,38%, con el 97,92% de las mesas electorales ya escrutadas. Cristina Fernández, presidenta entre 2007 y 2015, será la vicepresidenta.
"Hace cuatro años que decían ‘no vuelven más, no vuelven más’. Pero una noche volvimos, y vamos a ser mejores", celebró el candidato peronista para cerrar su discurso ante miles de militantes en el búnker del Frente de Todos. En el acto también hubo palabras de recuerdo para el expresidente Néstor Kirchner, de cuya muerte se cumplieron este domingo nueve años. "Gracias, Néstor, donde quiera que estés, por lo que hiciste por nosotros", afirmó el presidente electo.
Alberto Fernández se reunirá este lunes con Mauricio Macri para discutir la transición política que debe finalizar el próximo 10 de diciembre, cuando asumirá el cargo. En su primer discurso como presidente electo, Fernández ha pedido al Gobierno saliente que "sean conscientes de lo que han dejado" en su papel como oposición. Macri, por su parte, ha reconocido el mismo domingo su derrota en los comicios generales y ha llamado a Alberto Fernández para felicitarle por su triunfo.
"Tiene que empezar un periodo de transición ordenada que lleve tranquilidad a todos los argentinos, porque acá lo único importante es el futuro y el bienestar de los argentinos", afirmó ante sus simpatizantes el líder de la coalición Juntos por el Cambio. También aseguró que su formación política ejercerá una "oposición sana, constructiva y responsable".
Tras confirmarse los resultados electorales, el Banco Central argentino endurecerá las restricciones cambiarias e impondrá un nuevo límite a la compra mensual de dólares, que será de 200 para las transacciones bancarias y de 100 en efectivo, según informa EFE. Supone una significativa reducción al límite de 10.000 dólares mensuales que el Gobierno de Macri había anunciado en septiembre y estará vigente hasta diciembre.
Fernández fue jefe de gabinete entre 2003 y 2008Fernández, el candidato del Frente de Todos, que ya fue jefe de gabinete durante las presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner entre 2003 y 2008, ha logrado unificar a la mayoría del peronismo en una alianza para volver a la Casa Rosada. No tiene mucho tiempo para celebrar; la urgencia por reactivar una economía en recesión, con una inflación fuera de control e inminentes vencimientos de deuda no dan margen para la espera. La inestabilidad del tipo de cambio en los últimos días incrementa la especulación y la incertidumbre.
Durante la campaña, Fernández ha concentrado sus esfuerzos en mostrarse como un líder confiable capaz de asumir las responsabilidades que marcan los tiempos. Ha desplegado una agenda de reuniones con corporaciones, organismos de crédito internacional, sindicatos y otros referentes de poder. Por su búnker de campaña pasaron muchos actores que hasta hace poco se presentaban como "defensores del cambio" que prometía Macri y que luego declararon públicamente el buen diálogo iniciado con el candidato peronista. Sin control de las fuerzas de seguridad y ante un discurso oficial que asocia la protesta social con la delincuencia, Fernández ha llegado a pedir a los movimientos sociales y políticos que lo apoyan que "eviten estar en la calle" para reducir la posibilidad de hechos de violencia como los que convulsionan a toda la región
Cristina Fernández de Kirchner, a quien se apunta como principal responsable de la unidad peronista al ceder protagonismo e impulsar a Alberto Fernández, ha mantenido un perfil bajo en este último período.
El oficialismo retiene la alcaldía de Buenos AiresLa derrota de Macri supone un fracaso importante. Un presidente argentino en funciones nunca ha perdido en su intento de reelección en la historia argentina. Tras abandonar la fe en su estrategia de comunicación política ultrasegmentada, como contó eldiario.es, Macri ha salido a la calle para mostrarse como un aspirante con apoyo popular, ha apostado por "la marcha del #SíSePuede", que ha consistido en la organización de 30 actos en los últimos 30 días en distintas localidades del país y que tuvo como colofón una concentración masiva en el centro de la capital argentina hace una semana. Allí, en una puesta de escena con mucho de la retórica populista que ha criticado en repetidas ocasiones, el presidente señaló que había "escuchado el mensaje de las urnas" y que comprendía "el sufrimiento de la clase media". También aseguró que el ajuste de los últimos tiempos era parte del esfuerzo necesario y que "ahora sí" se venían mejores momentos.
El oficialismo de Macri se jugaba también el poder también en las dos administraciones que controlaba: el Gobierno de la provincia de Buenos Aires y de la capital. Este domingo ha retenido la alcaldía de Buenos Aires, de la mano del actual jefe de Gobierno, Horacio Rodriguez Larreta, que se ha impuesto con el 55,83% de los votos y seguirá otros cuatro años más.
Sin embargo, el macrismo ha perdido la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país, donde ha vencido el candidato peronista Axel Kicillof, ministro de Economía durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que ha cosechado el 52,18% de los votos con el 93% escrutado.