El ya expresidente de Bolivia, Evo Morales, que dimitió este domingo, ha aceptado la oferta de asilo ofrecida por el Gobierno de México, ha informado este lunes el canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
"Les informo que hace unos momentos recibí una llamada del presidente Evo Morales mediante la cual ha respondido a nuestra invitación y solicitó verbalmente y formalmente el asilo en nuestro país", ha informado el canciller en rueda de prensa.
El hasta ahora presidente había aceptado nuevas elecciones después de que un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) así lo propusiera tras detectar "graves irregularidades" en los comicios del 20 de octubre, en los que fue proclamado vencedor para un cuarto mandato consecutivo entre denuncias de fraude.
Durante la jornada del domingo, los líderes opositores y cívicos, los propios mandos de la Policía y de los militares le instaron a renunciar en medio de una creciente tensión en el país.
El anuncio de Morales no supuso el fin de la crisis que se vive en el país desde el día después de las elecciones, cuando comenzaron las sospechas de fraude.
Por el contrario, horas después de su renuncia, con la que según Morales buscaba pacificar el país, salieron muchedumbres en las ciudades vecinas de El Alto y La Paz que incendiaron y apedrearon viviendas particulares y saquearon comercios.
El lugar más atacado en La Paz fue la zona sur, que en las últimas semanas fue donde más se sintió la huelga ciudadana en contra de la reelección de Morales. En una farmacia saqueada en el barrio sureño de Cota Cota, los vándalos dejaron una pintada que decía "Viva Evo".
También fueron atacados varios garajes del servicio municipal de transporte, quedando calcinados 64 autobuses, un tercio de su flota, según denunció la Alcaldía de La Paz.
Entre las casas incendiadas están las del rector de la estatal Universidad Mayor de San Andrés y exdefensor del Pueblo, Waldo Albarracín, crítico de Morales, y de una periodista de la Televisión Universitaria de La Paz.