Las sirenas antiaéreas sonaron de nuevo en la mañana de este jueves, tras una calma de cuatro horas, por el lanzamiento de cohetes desde Gaza pese a al alto el fuego, con la mediación egipcia, para poner fin a cincuenta horas de escalada entre Israel y la Yihad Islámica.
"Se dispararon cinco proyectiles desde la Franja de Gaza hacia Israel. El sistema de Defensa Cúpula de Hierro interceptó dos de los proyectiles", informó el Ejército en un comunicado.
Tanto el grupo islamista palestino Yihad Islámica como Israel habían confirmado hoy el cese de hostilidades después de una violenta noche, de cohetes y bombardeos israelíes de represalias, y tras el último lanzamiento desde el enclave que se había registrado sobre las 07.00 (05.00 GMT).
El Ejército israelí no respondió con bombardeos a estos nuevos disparos de cohetes y ningún grupo en el enclave reclamó la autoría, lo que parece apuntar a acciones individuales de milicianos palestinos.
El portavoz de la Yihad Islámica, Mosab al Breim, dijo a Efe que el acuerdo de alto el fuego está condicionado a que Israel termine con "los asesinatos selectivos, deje de disparar a los manifestantes de la Marcha del Retorno (las protestas semanales en la línea divisoria) y alivie el bloqueo" de la franja territorial palestina.
El portavoz del Ejército israelí, Jonathan Conricus, declaró esta mañana que habían dado por finalizado lo que denominó como plan "Cinturón Negro", en referencia al ataque selectivo del martes que mató al líder del brazo armado de la Yihad Islámica, Bahaa al Ata, y a su mujer en su casa.
Conricus describió a Al Ata como "un obstáculo para la estabilidad y los diferentes acuerdos diplomáticos", en alusión a la tregua de larga duración que Israel mantiene con el movimiento islamista Hamás, que controla de facto el enclave desde 2007.
Hamás no ha tomado parte de esta escalada liderada por la Yihad Islámica, cuya milicia es la segunda más extensa del enclave, y difiere por el apoyo directo de Irán y la influencia ideológica de la revolución iraní entre sus filas.
La muerte selectiva de Al Ata, cabecilla de los Batallones de al Quds, generó un nueva escalada con el lanzamiento masivo de cohetes desde Gaza, más de 460, mientras que el Ejército de Israel respondió con bombardeos sobre objetivos del grupo islamista, que ocasionaron la muerte de 34 palestinos, la mayoría milicianos.
El Ministerio de Sanidad de Gaza dijo que entre las muerte de civiles, seis menores también perdieron la vida, incluido un joven de 18 que no se considera mayor de edad en el enclave.
El Ejército israelí aseguró que solo había atacado objetivos de la Yihad Islámica y acusó a sus milicianos de esconderse detrás de los civiles.
El alto el fuego entró en vigor oficialmente a las 05.30 (03.30 GMT) y parece mantenerse, pese al disparo de los cinco cohetes.
"Las próximas horas y días serán críticos. Todos deben mostrar la máxima moderación y hacer su parte para evitar el derramamiento de sangre", había advertido esta mañana el enviado especial de la ONU en Oriente Medio, Nickolay Mladenov, que ha mediado con Egipto para esta nueva tregua.