El Ministerio de Asuntos Exteriores de China acusó este lunes al diario estadounidense The New York Times de tratar de "manchar los esfuerzos" de Pekín después de que ese medio publicase documentos internos filtrados sobre la represión contra minorías musulmanas en la región noroccidental de Xinjiang.
"El artículo de The New York Times hace oídos sordos ante los hechos. Son unos torpes retales y es una interpretación selectiva que le da bombo a unos supuestos documentos internos para manchar los esfuerzos de China en Xinjiang", denunció el portavoz de la cancillería Geng Shuang durante la rueda de prensa diaria.
Asimismo, el portavoz se preguntó cuál es "la agenda" del medio estadounidense.
Este sábado, el rotativo neoyorquino publicó más de 400 páginas de lo que asegura son documentos internos del Gobierno chino supuestamente entregados por un miembro del régimen descontento con las políticas de Pekín en Xinjiang, que pidió el anonimato.
El material filtrado incluye, según el diario, discursos que el presidente chino, Xi Jinping, pronunció en privado ante funcionarios durante y después de una visita a esa región en abril de 2014, semanas después de que terroristas uigures matasen a 31 personas en un ataque en una estación de ferrocarril.
Según el Times, esos discursos sentaron las bases de la posterior represión y en ellos Xi reclamó que no se mostrase "absolutamente ninguna compasión" en la respuesta.
Desde entonces, de acuerdo con organizaciones de derechos humanos, se han creado en la región campos de internamiento, en los que se encuentran cerca de un millón de habitantes musulmanes de Xinjiang.
Pekín asegura que se trata de centros de formación vocacional, creados para educar a personas influidas por el extremismo religioso y que cometieron pequeños delitos con el fin de evitar que se conviertan en terroristas.
"Los problemas de Xinjiang no tienen que ver con las etnias, con la religión o los derechos humanos, sino con la lucha antiterrorista y contra el separatismo (...). Desde 1990 a 2016, miles de ataques terroristas violentos se registraron en Xinjiang, provocando numerosas víctimas y pérdidas de propiedad privada", explicó hoy Geng.
"(El Gobierno regional de) Xinjiang tomó medidas estrictas para luchar contra el terrorismo (...). Gracias a ellas, la región no ha visto ni un solo ataque terrorista durante los últimos tres años", agregó el portavoz, quien prometió que su país "no tendrá compasión con los terroristas y no ahorrará esfuerzos para proteger las vidas y la seguridad de la gente".
En su opinión, la mejor manera de desacreditar las informaciones sobre infracciones de los derechos humanos como las publicadas la semana pasada por el diario estadounidense es el hecho de que Xinjiang continúa manteniendo su "prosperidad, estabilidad, unidad étnica y armonía social".
Según las informaciones obtenidas por el Times, los campos de internamiento crecieron rápidamente tras el nombramiento en agosto de 2006 de Chen Quanguo como responsable en la zona, donde purgó a funcionarios que consideraba que se resistían a la mano dura.
Entre los documentos filtrados figura además una guía preparada para que funcionarios chinos pudiesen dar respuestas a las preguntas de estudiantes que regresaban a Xinjiang y se encontraban con la desaparición de familiares en alguno de esos campos.
El guión buscaba primero tranquilizar a los jóvenes pero, en caso de insistencia, llegaba a advertirles de que sus acciones podían influir en el tiempo que sus seres queridos pasarían en los centros de internamiento.