Los niños opinan que los políticos no son de fiar (lo cree más del 80 %), no escuchan a la ciudadanía, ni se preocupan de los asuntos que les afecta y solo se interesan por el dinero (el 81,2%), según recoge el Barómetro de Opinión de la Infancia y la Adolescencia 2019 de UNICEF.
El barómetro, presentado la víspera del Día del Niño, muestra las preocupaciones y opiniones de más de 8.500 niños de entre 11 y 18 años de 133 centros educativos de toda España y "un interés elevado" de los menores por la mayoría de las problemáticas sociales junto a una desconfianza en las instituciones y en los representantes políticos, sobre todo a nivel estatal, que aumenta a medida que crecen.
"Vemos que nuestros problemas siguen sin solucionarse, no nos gusta la educación que recibimos, los problemas no se arreglan y parece que no les interesan a nadie; debería acercarse más la política a los jóvenes porque a nosotros nos parece algo aburrido y aunque no tenemos voto, podemos ofrecer una visión diferente, somos ciudadanos y somos el futuro", ha explicado Coral, una joven asturiana de 17 años en la presentación de la investigación.
Casi nueve de cada diez niños afirman que les preocupan "bastante" o "mucho" las desigualdades de género y la violencia machista, el terrorismo y la pobreza extrema y más del 80 % opina lo mismo del racismo, las desigualdades económicas, el deterioro del medio ambiente, la calidad de la asistencia sanitaria y el paro.
En contra de los que a veces se piensa, manifiestan una menor preocupación por la presión social para tener un aspecto físico atractivo, aunque alcanza el 43 por ciento en las chicas y el 28 por ciento en los chicos.
Otro asunto que también interesa más a las chicas es el respeto a la diversidad sexual, la violencia machista y los peligros que pueden derivar de un mal uso de internet.
"Cuando salgo a la calle no solo me piden que no consuma alcohol o drogas, también que no llegue tarde, que lo haga acompañada de un chico; tengo el derecho a tener las mismas condiciones que mis amigos y a estar segura igual que ellos", ha lamentado Estíbaliz, que tiene 17 años y vive en Bilbao. "Las chicas estamos bajo un miedo que no tienen nuestros compañeros", ha añadido.
Son pesimistas respecto a la situación política y económica: solo uno de cada diez cree que puede mejorar a corto plazo. Las instituciones en las que confían son las vinculadas a la ciencia, seguidas de las ONG y los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado.
Finalmente, las profesiones qué más valoran son las del campo de la medicina y de la enseñanza (especialmente infantil y primaria), junto con la de Policía, mientras que valoran muy poco la profesión de político, junto con la de modelo y banquero.
En general, los niños, niñas y adolescentes se informan y hablan de asuntos sociales y manifiestan un fuerte sentimiento de pertenencia a su comunidad, cada vez más a mayor edad, aunque no participan mucho en órganos de infancia y adolescencia y se sienten poco motivados a implicarse en futuro en su comunidad y mucho menos en política.
Fabio, un joven canario de 17 años, ha explicado que el contacto que tienen muchos chicos con la información es a través de la televisión, cuando la ven con sus padres. "A los mayores les gusta ver la política y los menores seguimos así las informaciones que se van introduciendo en nuestras vidas, pero en general nos conectamos con el teléfono a la red, comparamos y sacamos nuestras conclusiones".
Más de la mitad de los encuestados, y especialmente en los varones, se sienten identificados con una ideología política concreta y tienen claro que sí votarían si se les permitiera, mientras que solo el 11 % declara que se abstendría.
En general, tienen una valoración muy positiva de su vida, puntuándola con 7,6 puntos sobre 10, y muestran un índice de calidad de vida elevado, 7 puntos sobre 10, aunque se reducen a medida que crecen.
El barómetro enseña patrones y opiniones de los niños en función de su nivel socioeconómico y según el origen; así los niños de familias más pobres se preocupan algo más que el resto por todos los temas planteados por la desigualdad económica y la pobreza.
El racismo y la discriminación en cambio, preocupan particularmente a la población de origen extranjero, mientras que los que han nacido en España están más preocupados por los problemas de seguridad ciudadana o convivencia, por el paro y la calidad de la asistencia sanitaria.
Cuando los menores participan en asociaciones u otros órganos aumentan los niveles de confianza y valoran mejor la situación política municipal.
Yago, tiene 14 años y vive en Pedrola, un pueblo aragonés de unos 4.000 habitantes. "En los plenos infantiles para exponer los problemas del pueblo, convives con los concejales y los acabas conociendo, creo que para los niños que viven en grandes ciudades será más difícil".
"Tenemos un punto de vista distinto al de los adultos, nosotros tenemos unas preocupaciones y los adultos las suyas, por ejemplo vamos en bici o andando y nos fijamos en unas cosas y pedimos zonas seguras; podemos aportar mucho para mejorar las cosas", opina Yago.