El fiscal general de Israel, Avijai Mandelblit, ha acusado este jueves al primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, de fraude, cohecho y abuso de confianza en tres casos de corrupción, según ha informado en un comunicado el Ministerio de Justicia.
La acusación llega en pleno bloqueo político en Israel y sin nuevo gobierno desde las elecciones de septiembre, lo que aleja a Netanyahu de seguir en el poder tanto en una eventual repetición electoral como ante el proceso abierto en el Parlamento para formar Ejecutivo.
Netanyahu se convirtió en julio en el primer ministro que más tiempo ha estado en el cargo en la historia de Israel y ahora se ha convertido también en el primero en ser imputado estando en el cargo.
En el conocido como caso Bezeq, Netanyahu es acusado de haber hecho favores entre 2012 y 2017 al gigante de telefonía israelí Bezeq a cambio de cobertura favorable de él y su mujer, Sara, en un popular digital de noticias Walla, ambos controlados por el mismo empresario, Shaul Elovitch, que también es acusado, junto a su mujer, Iris.
En otra acusación, el primer ministro en funciones es sospechoso de aceptar lujosos regalos de millonarios para él y su familia --por hasta un millón de shéqueles (unos 260.000 euros) en carísimos puros, joyas, viajes y champán francés-- de dos millonarios a cambio de favores.
En un tercer caso, se examina un presunto intento de pacto con Arnon Mozes --tambien acusado--, editor del diario de pago de mayor difusión de Israel, el "Yediot Aharonot", para lograr una cobertura más positiva sobre él a cambio de dañar la distribución del diario rival, el gratuito "Israel Hayom".
El primer ministro ha rechazado las acusaciones.
Como acusado, Netanyahu no estaría obligado a dejar su cargo de primer ministro o diputado, pero si finalmente es condenado, el Parlamento (Knéset) podrá votar su destitución si el delito implica "depravación moral", como ocurre con la acusación de cohecho, según recoge la Ley Básica israelí, con rango constitucional.
Mandelblit convocó una vista en octubre para recibir los argumentos de la defensa antes de finalizar el escrito de acusación, que ahora abre la puerta al juicio oral. Tras publicar la acusación, la Fiscalía envió una copia del documento al presidente del Parlamento, Yuli Edelstein, "a fin de permitir que el primer ministro notifique a la Knéset si desea solicitar la inmunidad", algo que debería deliberar un comité creado especialmente para ello, pero que no puede formarse sin un nuevo Gobierno.