Túnez inició hoy la campaña electoral para las presidenciales del próximo 15 de septiembre, las segundas libres desde la revolución de 2011, que se ha visto empañada por la muerte de un oficial y tres supuestos yihadistas durante un tiroteo en un área montañosa próxima a la frontera con Argelia.

La campaña, que arrancó este sábado en el extranjero con 400.000 electores inscritos, lo hace hoy en territorio nacional, donde cerca de 7 millones de tunecinos están llamados a las urnas, y durará hasta el próximo 13 de septiembre.

Si ninguno de los 26 candidatos en concurso logra la mayoría absoluta se deberá celebrar una segunda vuelta antes del próximo 3 de noviembre.

La Instancia Superior Independiente de las Elecciones (ISIE), institución encargada de supervisar la consulta, anunció hoy el despliegue de 1.500 observadores mientras que el día del voto contará con un total de 10.000 agentes.

Asimismo publicó una guía con las reglas a respetar, entre ellas, la neutralidad de la Administración, los lugares de culto y los medios de comunicación, así como la prohibición de difundir sondeos de opinión relacionados con los comicios.

Los candidatos, que no tardaron en lanzarse este domingo por la noche a la fijación de cárteles en las calles, protagonizarán hoy sus primeros mítines.

Mientras que el jefe de Gobierno, Youssef Chahed, ofrecerá un discurso en un lujoso hotel del centro de la capital, el expresidente Moncef Marzouki y el candidato del partido islamista "Ennahda" -primera fuerza en el Parlamento-, Abdelfattah Morou, coincidirán en Sfax, segunda ciudad en importancia del país.

Chahed decidió delegar sus poderes durante la campaña electoral al ministro de la Función Pública, Kamel Morjane, para acallar las críticas que le acusan de explotar los recursos del Estado y favorecer así su candidatura.

Morou, presidente interino de la Asamblea de Representantes, es, por su parte, el primer candidato a la presidencia que presenta "Ennahda", partido que ganó los comicios municipales celebrados en mayo del pasado año.

Por su parte, la candidata Abir Moussi, presidenta del partido que reivindica la herencia de la dictadura, estará en el municipio capitalino de La Goulette y el líder del Frente Popular, principal partido de la oposición progresista, Hamma Hammami, se desplazará a la región de Kasserine, escenario del atentado.

Dos de los que aparecen en las encuestas difundidas en el extranjero son el ministro de Defensa, Abderkarim Zbidi, considerado el candidato del sistema, y el controvertido magnate de la televisión Nabil Karoui, un populista al que algunos medios definen como "antisistema" por oponerse a los partidos tradicionales.

Karoui está en prisión provisional desde el pasado 23 de agosto acusado de fraude fiscal y blanqueo de dinero por una denuncia interpuesta en 2016 por IWatch, una ONG especializada en la lucha contra la corrupción.

Prevista inicialmente en noviembre, la ISIE se vio obligada a anticipar la cita electoral dos meses a causa de la muerte el pasado 25 de julio del presidente de la República, Béji Caid Essebsi, a los 92 años de edad.

Horas después, Mohamed Ennaceur, de 85 años y que también sufre un delicado estado de salud, se convirtió en el nuevo jefe de Estado interino con el mandato constitucional de celebrar presidenciales en plazo no superior a 90 días, lo que podría hacer que la segunda vuelta se solapara con las legislativas del 6 de octubre.

La campaña discurrirá bajo la sombra de una polémica enmienda de la ley electoral, aprobada por el Parlamento un mes antes de que se abriera el plazo para la presentación de candidaturas, y que el presidente Essebsi no quiso ratificar.

El texto impide participar a quienes hayan ejercido un año antes de la votación actividades ahora consideradas prohibidas, como recibir financiación o donaciones del extranjero, promover obras caritativas o hacer propaganda política

Además, veta a aquellos que defienden un discurso "contrario al régimen democrático y la Constitución" y abre la puerta a la reincorporación de los miembros del disuelto partido del dictador Zinedin el Abedin Ben Alí, derrocado en 2011, que podrán acceder a la dirección de los colegios electorales.

En este contexto, de los 96 aspirantes que se presentaron sólo 26 cumplieron con los requisitos formales para poder concurrir: reunir un mínimo de 10.000 firmas de ciudadanos, tener el apoyo de 10 diputados o de 40 alcaldías y depositar una fianza de 10.000 dinares (3.000 euros).

Por primera vez en la historia del país, la televisión pública llevará a cabo un debate televisado entre los 26 candidatos en el que todos contarán con el mismo tiempo de pantalla a lo largo de tres emisiones de dos horas y media de duración cada una.