Benjamin Netanyahu no podía defraudar a sus partidarios. Había reiterado que la ofensiva contra Rafah se iba a producir, con o sin acuerdo sobre el cese de hostilidades en Gaza, y ha cumplido su palabra. Este martes, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ya ocupan la zona fronteriza con Egipto junto a la localidad, donde se hacinaban en pésimas condiciones alrededor de 1,5 millones de personas, y controlan el último paso, Rafah, por el que entraba una exigua cantidad de ayuda humanitaria y por la que algunos gazatíes lograban escapar de la masacre (previo pago a las mafias locales).
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