Si la primera vuelta de las legislativas supuso un terremoto político en Francia, los resultados de la segunda han dado el empujón final a una reconfiguración de la extrema derecha en Europa que llevaba tiempo gestándose, aunque no todos los actores juegan el papel que imaginaban hace tan sólo unas semanas. Las ambiciones y los escenarios que se perfilaron después del voto en las elecciones europeas del 9 de junio se han redibujado casi por completo.