Es rico, guapo, abiertamente gay, exejecutivo de Goldman Sachs y armador. Hace cuatro semanas, pocos en Atenas habían oído hablar de Stefanos Kasselakis. Pero, como ha demostrado este empresario grecoamericano, un mes es mucho tiempo en política.
Desde que anunció inesperadamente su candidatura para liderar el partido de izquierdas Syriza, el principal partido de la oposición griega, este outsider de 35 años ha irrumpido en la anquilosada escena política del país de un modo que pocos podrían haber imaginado. Lo que antes podía parecer descabellado –un hombre de negocios estadounidense liderando una fuerza radical– se ha hecho real.