En la ceremonia en la que recibió su diploma de presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva colocó de nuevo en el escenario nacional la antinomia democracia o barbarie. Durante su discurso, con momentos muy emotivos, destacó que el acto era una auténtica “celebración de la democracia”. Y, entre lágrimas, advirtió: “Pocas veces en la historia de nuestro país la democracia estuvo tan amenazada; jamás en nuestra historia la voluntad popular fue tan colocada a prueba y exigió vencer innumerables obstáculos para finalmente ser oída”.